De postre, la guerra de divisas. Si los alemanes se salen con la suya, España lo pasará mal. Encima, la UE exige nuevos ajustes a nuestro país

El Banco Central Europeo (BCE) debate el fin de la política monetaria relajada con el precio oficial del dinero en el 1% y manguerazo para todo aquel que lo pida. Un signo ya se ha dejado ver: el miércoles, la institución que preside el francés Juan-Claude Trichet prestaba 560 millones de dólares al 1,19% en subasta semanal y ponía fecha límite el 21 de octubre para devolver la liquidez en dólares.

La cosa no queda ahí. Los alemanes insisten en que el BCE debe endurecer su política monetaria. Así lo ha hecho saber Axel Weber, miembro del consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) y presidente del Bundesbank. Por si no había quedado claro Weber ha exigido a los países periféricos, entre ellos España, nuevos ajustes que reduzcan su déficit público y su deuda: Puede sonar duro, pero es inevitable un ajuste de las que economías que han vivido por encima de sus posibilidades.

Ni que decir tiene que lo primero que exige Weber, principal candidato para sustituir a Trichet en 2011 es una subida de tipos, algo que perjudicaría, principalmente, a España.

Por contra, al otro lado del Atlántico, la visión es bien distinta. La Reserva Federal se prepara para relajar aún más su política monetaria, más que jugando con el precio del dinero (ya no puede jugar más) con el manguerazo. El dólar puede seguir perdiendo posiciones, dentro de la guerra de divisas, es decir, del empeño chino en mantener un yuan devaluado para seguir aumentando sus exportaciones.

Dicho de otra forma, Alemania está saliendo de la crisis y exige a sus socios y a los norteamericanos -a éstos menos, porque no se atreve- más austeridad. Si lo alemanes se salen con la suya, España puede pasarlo muy mal.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com