Buenísimo lo del broker financiero de Hong Kong que denigraba las protestas de la universitarios de la ciudad, quienes exigen democracia a Pekín. Es decir, exigen las elecciones libres a las que Pekín se comprometió con Reino Unido en el momento de la cesión de la antigua colonia. Decía nuestro intermediario financiero que así no puede ser: los altercados rompen la estabilidad financiera de una plaza bursátil. Vamos, que con libertad no se pueden hacer cierto tipo de negocios, por ejemplo, la especulación financiera. Es decir, los gritos y los gases lacrimógenos impiden especular en bolsa. Y claro, esto es inadmisible.
La palabra clave es estabilidad. Igualito que el comunismo, que busca la estabilidad... de los cementerios.
China se vende como "un país, dos sistemas". Sistema político comunista y economía financista, es decir, capitalismo especulativo, que constituyen dos atentados contra la libertad de la persona y contra la propiedad privada. Sí, también el capitalismo, al que no le gusta la pequeña propiedad familiar sino la propiedad fiduciaria de la inversión colectiva.
Por ello, capitalismo y comunismo no son incompatibles, sino complementarios. Y confluyen en China, la principal tiranía del mundo, tiranía comunista y capitalista, todo a un tiempo y en estupenda armonía.
En plata: uno renuncia a su libertad y ya puede forrarse en los mercados financieros. ¿De qué nos extrañamos
Eulogio López
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