La escasez de mano de obra lleva al gigante asiático a cambiar su política de abortos forzosos

 

En los últimos años entre 7 y 10 millones de niños han sido abortados.

El envejecimiento que poco a poco se está produciendo en China y la aplicación de la política de un solo hijo -con lo que conlleva de abortos forzados, de esterilización de mujeres y todo tipo de atropellos- ha convertido a China en un gigante con pies de barro que corre peligro de quedarse sin la base necesaria para continuar su crecimiento: la mano de obra.

El presidente de Population Research Institute, Steven W. Mosher, ha publicado un artículo en el que afronta esta problemática y donde critica la política aplicada en China. Y es que la razón principal de esta situación es la puesta en práctica de la política del hijo único que ha supuesto la muerte por aborto de entre 7 y 10 millones de niños cada año durante los últimos 30 años.

Por desgracia, lo que ha obligado al Gobierno chino a cambiar su política no es el reconocimiento de la maldad de sus medidas ni su arrepentimiento por la cantidad de muerte provocada, sino el hecho de que sus industrias necesitan mano de obra para seguir creciendo. El interior del país envejece y ya no hay jóvenes, la mayoría de ellos trabajando en las fábricas situadas en la costa. Las violaciones de derechos humanos -como la obligación a abortar a mujeres en ocho meses por violar la política de un solo hijo-, continuarán, sólo que ahora la barrera estará en los dos hijos, en lugar de en uno solo.

Juan María Piñero

juanmaria@hispanidad.com