Nada menos que desde Finlandia nos llega esta emotiva historia que, a pesar de su modesta producción, ha recibido premios en distintos Festivales tanto a su guión como a su director, Klaus Härö, en países tan alejados como Argentina o Egipto. Algo que nos señala que Cartas al padre Jacob aborda asuntos universales igualmente comprensibles por ciudadanos de cualquier nacionalidad.
Su argumento nos acerca a Leila, una asesina condenada a cadena perpetua quien, tras doce años de prisión, es indultada. A su salida, un funcionario le explica que Jacob, un anciano cura rural invidente, ha solicitado su ayuda como asistente. La huraña Leila acepta realizar esta labor que consiste en ayudar a contestar las cartas que recibe de sus fieles este párroco ciego
Como el buen cine clásico, Härö sólo necesita 74 minutos de metraje, dos personajes que viven en mundos radicalmente distintos y pocos artificios visuales para ofrecernos un relato de esos que conmueven y revuelven por dentro. Una historia que nos habla sobre segundas oportunidades y que aborda con acierto uno de los cimientos del Cristianismo: el Perdón así como el inmenso poder de la Redención.
Si son de los que opinan que a través del cine se puede hacer apostolado no lo duden: Cartas al padre Jacob es su película.
Para: Los que les guste el cine de contenido cristiano