El proyecto de Montoro es otro: Caja Madrid más CAM, más Caixa Galicia.
Se abre la veda de las fusiones. Pero según la redacción última del Frob, las fusiones estarán en primer lugar en la mano de las CCAA, aunque deban de contar con el visto bueno del Banco de España. Exactamente lo contrario de lo que pretendía MAFO y de lo vendido hace apenas una semana por Salgado: habría cuotas participativas con derechos políticos. Ahora habrá acciones preferentes transformables en cuotas participativas sin derechos políticos y se mantienen intactos los poderes de las CCAA. Conclusión: serán los poderes autonómicos quienes lideren el proceso. Y ahí está el proyecto de Unió de Caixes Catalanes con la fusión de Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu. Y lo mismo ocurre con Caixa Catalunya, en la recta final de la fusión de cajas de origen público.
En Valencia, el ejecutivo Camps pretende hacer lo mismo. Ha resucitado el proyecto de fusión de Bancaja con CCM. Y eso a pesar de que el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, ya se ha manifestado en posición compradora, pero fuera de Valencia para evitar redundancias de oficinas y clientes. Un argumento racional que contrasta con la voluntad del Gobierno regional de construir una gran entidad a su servicio. Así que el Frob va a conseguir que los gobiernos regionales creen grandes brazos financieros, pero no va a lograr realizar una verdadera reestructuración bancaria.
Por lo demás, el proyecto en la Comunidad valenciana choca con el gran proyecto del PP, idea de Cristóbal Montoro, para fusionar Caja Madrid, Caja de Ahorros del Mediterráneo y Caixa Galicia, la mega-caja del PP.