Es más, la Delegación francesa tampoco comprendía la actitud española. Las propuestas de Blair sobre la Política Agraria Común, fueran o no una coartada para justificar su actitud pétrea ante el cheque británico, perjudicaban sobre todo a Francia (recordemos, el país que más fondos recibe de la Unión para su agricultura) pero también a España. Sin embargo, al final, cuando ya no había remedio, Zapatero se olvidó de su talante y España votó no. En definitiva, ¿es Zapatero un habilidosísimo negociador, o simplemente no se entera de nada? En Bruselas el enigma permanece.
Ahora bien, lo que ha dejado de ser un enigma, ha sido las intenciones de Tony Blair. Blair sí está dispuesto a prescindir del cheque británico, con la sola condición de cargarse toda la política agrícola. La verdad es que la PAC representa, junto a sus gemelas norteamericanas, las Farm Act, el mayor atentado contra los países pobres, al subvencionar una agricultura con la que sí podría competir el agro del Tercer Mundo.
Es igual: Blair aprovecha el fracaso para replantear la financiación entera de la Unión Europea y britanizar la Unión. En otras palabras, que en Europa dejen de mandar Francia y Alemania y comienza a mandar el Reino Unido.
Desde luego, nadie podrá negarle que la medida resultaría revolucionaria.