Un Gobierno que está en funciones sigue intentado tomar decisiones que divida y enfrente a los españoles.
En sus últimos coletazos después de siete años obsesionado por reabrir un debate la comisión creada para aplicar la ley de Memoria Histórica al Valle de los Caídos ha recomendado que se trasladen los restos de Franco.
No quiere irse Zapatero sin al menos intentarlo a pesar de que ellos conocen que no pueden hacerlo:
1º Es imprescindible el permiso de la familia de Franco.
2º Es imprescindible la autorización del Vaticano
3º Es imprescindible la autorización del Abad del Valle.
El problema es que aquí siempre andamos a vueltas con Franco, cuando a casi nadie le importa hoy un asunto que está más que superado. La sociedad española ya se reconcilió hace 35 años y dijo muy claro que quería mirar hacía delante.
Alimentar el rencor social es destruir la única justicia que desde este mundo podemos hacer a los muertos: la reconciliación de sus hijos.
Resulta indignante que con la que está cayendo en este país y a los pocos días de las elecciones del 20N, estemos planteándonos qué se hace con los restos de quien murió un 20N del año 75 del siglo pasado; lo que los españoles queremos de los políticos es que "se preocupen más de los vivos y que dejen en paz a los muertos".
¿Ese dinero que piensan derrochar molestando el sueño de los que ya se han ido, por qué no lo emplean en buscar el cuerpo de Marta del Castillo y dar consuelo a esos pobres padres, en los que nos vemos reflejados todos? ¡Eso, sería justicia real!
Pilar Mariscal