- Mucha más gente afectada pero no olviden esto: a Ana Botín siempre le gustó la red de sucursales del Popular.
- Echenique considera que hay que aprovechar la compra del Popular para redimensionar la propia plantilla del Santander.
- Para Álvarez, además, lo más difícil es el negocio de pymes, justo donde era especialista el Popular.
El 31 de enero de 2018 finaliza el plazo para que los empleados del
Popular y del
Santander se acojan al
ERE en los servicios centrales. El banco no esperará tanto para responder a las solicitudes: lo hará a partir del 10 de enero. Recuerden:
saldrán 1.100 trabajadores mediante prejubilaciones y bajas incentivadas, esto es, el 3,1% de los 35.000 trabajadores que componen la plantilla total del Popular y de Santander España.
El ajuste, sin embargo, no se terminará ahí, ni mucho menos. Cuando se integre completamente el Popular -año 2019- llegará el
segundo ERE que afectará a los empleados de la
red de oficinas. Será más grande que el actual e implicará, además, el cierre de sucursales allá donde existan duplicidades o no sean rentables.
Pero cuidado, porque este segundo ajuste
no se aplicará exclusivamente a la plantilla del Popular. Es más, los mensajes lanzados por la cúpula del Santander durante las últimas semanas han sido bastante explícitos en este sentido. Por ejemplo, el consejero delegado del grupo,
José Antonio Álvarez, reivindicó hace una semana el papel de asesoramiento de las oficinas y su importancia para cerrar operaciones de alto valor.
Pero Álvarez fue un paso más allá y aseguró que el
segmento de pymes -que lidera el Popular desde hace años- es más complejo que el de particulares y que 'industrializarlo' requiere gestores especializados.
No es sólo Álvarez. En la misma línea, el presidente de Santander España,
Rodrigo Echenique, considera que hay que aprovechar la compra del Popular para redimensionar la propia plantilla del Santander.
Y no olviden algo muy importante: a
Ana Botín siempre le gustó la red de sucursales del Popular.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com