- PP y Ciudadanos libran un pulso: ¿Por qué no dimitir cuando se abra juicio oral… o cuando se le declara inocente?
- Como diría Pablo Iglesias, "una vida marcada por la corrupción".
- Otrosí: Cabreo profundo en el Ejecutivo: los sindicatos convocan movilizaciones… el segundo día del diálogo social.
- CCOO y UGT pierden apoyo sindical cuando se comportan como partidos políticos. Aunque sólo lo hacen desde 25 años atrás.
- Y la oportunidad de subir el salario mínimo queda en entredicho.
Consejo de Ministros del viernes 25 de noviembre. El portavoz del Ejecutivo y ministro de Educación,
Íñigo Méndez de Vigo, nos informa de la remisión a la corte del nuevo proyecto sobre
contratos del Estado. Eso sí, no nos informa de mucho más, salvo de que, como la reducción de la Administración,
forma parte de las agendas reformistas del Estado. Adapta las directivas europeas… pero hay que verle las tripas al anteproyecto. No olvidemos que se trata de
una de las leyes -para ser exactos, son dos-
que más se presta a las corruptelas.
Capítulo de nombramientos.
Méndez de Vigo hace público el nombramiento de
Sebastián Albella como presidente de la
CNMV. Primer paso en falso, porque durante su comparecencia parlamentaria Albella se negó a explicar quiénes eran los clientes de su anterior despacho de abogados. Probablemente tenga derecho a no revelarlos pero el asunto queda feo.
Y hablando de nombramientos,
Martínez Rico, todopoderoso jefe de Gabinete de
Cristóbal Montoro, ha sido ascendido a subsecretario. ¿Seguro que es un ascenso?
Pero vamos a lo importante:
Ritá Barberá. El mundo político español, en especial el
Partido Popular, anda conmocionado por el caso
Rita Barberá. Sobre todo, después de la sospecha, no negada, afirmada por muchos, de que
el Supremo iba a archivar su caso.
O sea, recordando las palabras de Pablo Iglesias: "una vida marcada por la corrupción". Mirá vos.
En cualquier caso, el Partido Popular dejó caer, y de malas maneras, a
Rita Barberá, con un Javier Maroto llamándola "indigna".
La polémica está ahora en remodelar el pacto, más o menos escrito, de la política española: todo imputado debe dimitir, y
cambiar lo de imputado, investigado, por lo de condenado o, al menos,
retrasarlo hasta la apertura de juicio oral. Pero
Ciudadanos, por el momento, se niega.
Bueno, esto no cuenta para Podemos, donde
Rita Maestre no sólo ha sido imputada, sino juzgada y condenada por atentados contra la libertad religiosa y no se ha planteado dimitir, pero eso es
Podemos.
En cualquier caso, en materia de corrupción vivimos la época post-Rita.
Y luego está lo de los sindicatos. En el Gobierno
ha sentado como una patada en el bajo vientre que los sindicatos fueran convocados a Moncloa, al diálogo social, un jueves, con el presidente del Gobierno encabezando la reunión… y 24 horas después
hayan convocado movilizaciones.
CCOO y UGT se comportan como
partidos políticos. Se han estado calladitos durante una legislatura y
ahora resulta que atacan, cuando aún el diálogo para evitar huelgas no ha comenzado. O sea, como políticos y también como chantajistas. ¿La razón? Que el PP ya no cuenta con mayoría absoluta.
Y lo peor es que la oportunidad de subir el
salario mínimo queda en entredicho. Y eso sí era importante. Ahora sí que el Gobierno debería realizar una subida notoria del SMI.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com