- Los Fluxá (Iberostar) venden su 5,6% por más de 500 millones en una colocación acelerada.
- Ahora ya nadie le discutirá la sucesión, que se hará cuando a ¡Oh capitán, mi capitán! le venga en gana.
- Sin depender de los March, de los Fluxá o 'los Albertos', que también están de salida.
- La estructura accionarial de ACS es piramidal y por tanto, carne de cañón para los fondos buitre.
- Y no sólo es una perita en dulce para institucionales, sino también para 'private equity': hay mucho para vender.
En
ACS las aguas siguen revueltas a pesar de la
mejora del beneficio en 2016, pues a
Florentino Pérez (
en la imagen), que
cobró 5,9 millones de euros -cabreando a los accionistas-, le importa poco la acción. Por eso
se queda como señor único, pero a tiro de depredador. Y esto último puede tener sus peligros… Además, las acciones han bajado un 1,1% este martes, con un Ibex que ha cerrado al alza ( 0,35%).
Los
Fluxá, propietarios de
Iberostar Hoteles y Apartamentos, han vendido su 5,6% de ACS, según
la información remitida a la CNMV, obteniendo
más de 500 millones. Al final, ha llegado la salida que se rumoreaba desde hace meses, cumpliéndose aquello de que
cuando el río suena, agua lleva.
Ahora ya nadie le discutirá la sucesión, que se hará cuando a
¡Oh capitán, mi capitán! le dé la gana. Mientras,
Marcelino Fernández Verdes espera en Alemania, tras liderar con éxito la reestructuración de las filiales germana,
Hochtief, y australiana,
Cimic. Eso sí, ya hay un primer paso: su nombramiento como
Ceo, que deberá ser aprobado dentro de un mes en la junta general de accionistas, aunque Florentino, a sus 70 años, seguirá siendo presidente ejecutivo y teniendo el mando.
Tras la marcha de los Fluxá, ¡Oh capitán, mi capitán! no dependerá tampoco de los
March ni de
'los Albertos' -los otros dos grandes socios con los que montó ACS-, que también están de salida (ahora sólo tienen el 4,7% y el 5,14%). Es decir, se queda como señor único, con el 12,5% del capital social.
Sin embargo, conviene recordar que la estructura accionarial de ACS es piramidal, pues controla la constructora alemana Hochtief y ésta a su vez, manda en la australiana Cimic. Por tanto,
ACS es carne de cañón para los
fondos: si alguno se hiciera con el control de la matriz (algo que no sería muy caro, pues vale en bolsa 10.127 millones), también tendría el poder en
Hochtief y Cimic.
Pero no sólo es una
perita en dulce para institucionales, sino también para
private equity (capital-riesgo). Hay mucho para vender. Recuerden:
ACS tiene más del 71% de la alemana Hochtief y Hochtief controla el 100% de la australiana Cimic.
Recuerden, también, que
Blackrock ya posee el 3%. Y ojo, la elevada
deuda neta era un aspecto que jugaba a favor de ACS, pero en el último ejercicio se ha reducido un 53,7%, hasta los 1.214 millones, y ya sólo supone 0,6 veces el Ebitda.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com