Green Book se encuentra entre las nominadas a los Óscar en la categoría de mejor película y lo merece porque es una verdadera delicia contemplarla por las buenas vibraciones que lanza, y porque afronta la reivindicación contra la discriminación racial con talento y elegancia.

Principios de los años 60, en plena lucha por los derechos civiles, un rudo italoamericano, que mantiene a su familia desarrollando múltiples oficios y apodado como “Tony Lip”, es contratado por Don Shirley, un exquisito y culto pianista, para que sea su chófer en una gira de conciertos por el Sur de Estados Unidos. Durante esos días deberá estar pendiente para alojarse del denominado “Green Book” (libro verde), una guía indicativa de los establecimientos hoteleros autorizados para los afroamericanos. Esta extraña pareja de compañeros de viaje tendrá que enfrentarse a múltiples situaciones donde hará acto de presencia el racismo y los prejuicios.

Se trata de la “road movie” más emotiva pero también más divertida que hemos visto en años, todo ello gracias a la química de los dos personajes principales quienes, debido a sus contrastes en su forma de expresarse y de vivir, dan lugar a diálogos realmente graciosos. Ni que decir tiene, y en esos coincide con otras películas de esta índole, esa travesía por el sur más profundo de los Estados Unidos a la postre resulta un viaje emocional en el que ambos cambiarán. Hay secuencias con situaciones absurdas que recuerdan el largometraje Criadas y señoras, como aquella en la que el pianista va a tocar en un salón de una majestuosa mansión, delante de grandes prohombres del sur, pero cuando necesita ir al lavabo le indican el que se encuentra en el jardín y que deben utilizar los negros, en una clara humillación hacia su persona.

Asombra muchísimo la autoría en la dirección y guión de esta película de Peter Farrelly, al que solo le veíamos capaz de alumbrar comedias descacharrantes como Algo pasa con Mary o simplemente simpáticas como Dos tontos muy tontos.

La película traslada a imágenes la historia real de ese viaje escrita por Nick Vallelonga, el hijo mayor de Tony, que ha afirmado creció oyendo hablar de ese emocionante viaje.

En el apartado de menciones cabe destacar el trabajo de Viggo Mortensen (el inolvidable Aragorn, en El Señor de los Anillos) que saca su vena más cómica en su actuación, hasta ahora nunca explorada en su carrera y que también está nominado al Óscar como mejor actor por la que es, sin duda, la mejor actuación de su carrera.

Para: los que les gusten las películas positivas y de humor inteligente