Quique es un chirigotero en paro que intenta mantener como puede a su familia: a su madre, Asun, con claros síntomas de demencia senil y a su hermana, Meme, que acaba de salir de la cárcel por trapichear con droga. Contratado para limpiar donde se encuentra el depósito de droga incautada por la policía más grande de España, “El Tuti”, un traficante local, entra en contacto con él, porque pretende que les ayude a robarla antes de que la quemen. Para ello, tendrá que colaborar con la peligrosa banda de “El Gallego” entre los que se encuentra Rosario, una bella conductora.

El veterano director español Fernando Colomo firma la que él define como “narcochirigotada”, una comedia costumbrista, llena de enredos, con un toque local muy divertido, donde se luce Salva Reina, un humorista muy del “Sur”, con el gracejo y vocablos de la zona que, a veces, necesitaría traductor.

La película, con más vueltas argumentales de lo que a simple vista parece, tiene su punto serio en la denuncia sobre la precariedad laboral de ciertas zonas de España que provoca que sirvengüenzas de todo tipo, en este caso traficantes de droga, la convierten en terreno abonado para sus fechorías. Dentro de esos personajes que viven en el límite de la ley, resulta bastante enternecedor la relación que Quique mantiene con su complicada familia.

Graciosa, está bien defendida por Salva Reina, Manuela Velasco y Maggie Civantos. Eso sí, como es habitual en el cine español sobra una innecesaria utilización de “tacos”.

Para: los que les gusten las comedias españolas.