Una familia acomodada de cuatro miembros, formada por un matrimonio joven y sus dos hijos pequeños, inician sus vacaciones en una estación de esquí de Los Alpes. Todo marcha bien hasta que un día, cuando están comiendo en un restaurante, tiene lugar una avalancha. La madre protege rauda a sus pequeños mientras observa estupefacta cómo su marido huye despavorido para salvar su vida. Aunque salen ilesos de la experiencia algo  ha cambiado en el seno de esa familia.

Fuerza mayor  plantea  situaciones  emocionales totalmente creíbles. Así, pone sobre el tapete cómo el pánico puede bloquearnos y hacernos reaccionar de forma sorprendente, pero también analiza hasta qué punto somos capaces de sacrificarnos por nuestros seres queridos. A este respecto, el  director de este drama humano (Ruben Östlund) ha puesto especial hincapié en señalar que en los tiempos actuales, en los que todo ha cambiado, quizás también lo hayan hecho los roles tradicionales de la familia, de tal forma que realmente el padre no sea la persona fuerte sobre la que se apoye toda la unidad familiar. Sea como fuere, Fuerza mayor despierta interés quizás porque el ser humano siempre puede desconcertarnos. La pega de este filme es el lento ritmo narrativo y que se alarga demasiado el conflicto propiciado por el inmaduro y débil padre…

Para: Los que les gusten drama que abordan dilemas familiares