• Traducido: la libre circulación de capitales debe ir acompañada por la libre circulación de personas.
  • Modelo europeo frente a modelo americano: Ellos no tienen Estado del Bienestar pero tampoco tienen paro.
  • Y por cierto, cobran más.
  • Nosotros tenemos un paro feroz pero el Estado se preocupa de nuestra salud. A veces incluso se ocupa.
  • Nosotros estamos pendientes de que los políticos nos saquen las castañas del fuego, ellos se las sacan solitos
  • Otrosí, ellos son más libres. Se preocupan más de su libertad que de sus derechos.
  • En cualquier caso, lo más justo no es reducir las barreras arancelarias ni igualar prestaciones públicas.
  • Lo más honrado y justo es acabar con las subvenciones. Y a eso, ni Europa ni USA están dispuestos.
Dos funambulistas de Greenpeace se encaramaron a las torres KIO para colgar un cartel contra el Tratado de Libre Comercio (TTIP) que quieren firmar europeos y norteamericanos. Una chorrada más de la nueva religión eco-verde. ¿Hay razones para abominar del tal tratado? Naturalmente que sí. Estamos ante otro convenio globalizador, creación de un solo mercado entre las dos orillas del océano. Ahora bien, la globalización no es malo de suyo -aunque a mí no me gusta lo grande, sino lo pequeño- pero puede aceptarse siempre que el levantamiento de fronteras, que de no otra cosa hablamos, debe eliminar todas las barreras. No sólo a la libre circulación de capitales, bienes, y servicios, sino también de personas. Porque claro, eso de liberalizar capitales y productos sin liberalizar personas es una globalización asimétrica y muy peligrosa. Se llama de muchas maneras pero, por ejemplo, se llama crisis de refugiados en Europa. Y si no se quiere eso pues hay que cerrar las fronteras y establecer aranceles para proteger la propiedad local. El mundo ha vivido la mayor parte del tiempo según ese esquema proteccionista y ha sobrevivido bastante bien. De hecho, la asimetría histórica suele ser la contraria: fronteras abiertas para las personas y cerradas para capitales y productos. Por otra parte, se trata de elegir entre dos modelos de vida. El europeo y el estadounidense. Veamos, ellos no tienen Estado del Bienestar pero tampoco tienen paro. Y por cierto, cobran más. Nosotros tenemos un paro feroz pero el Estado se preocupa de nuestra salud. A veces, incluso se ocupa. Nosotros estamos pendientes de que los políticos nos saquen las castañas del fuego, ellos se las sacan solitos. Otrosí, ellos son más libres. Se preocupan más de su libertad que de sus derechos, aunque también es cierto que generan una pobreza dura hasta de contemplar. En cualquier caso, para hacer boca, recordar que lo más justo no es reducir las barreras arancelarias ni igualar prestaciones públicas. Lo más honrado, y justo, es acabar con las subvenciones. Y a eso, ni Europa ni USA están dispuestas. Ejemplo, la Política Agraria Común Europea (PAC) y sus gemelas, las 'Farm Act' de los gringos. ¿Y el numerito de Greenpeace (en la imagen)? Otra chorrada más, eso sí, chorrada verde. Protestan porque el TTIP levantaría protecciones medioambientales y derechos adquiridos. Si es por eso, ¡qué viva el TTIP! Eulogio López eulogio@hispanidad.com