Supermartes. Bloomberg, millonario abortista que fuera alcalde republicano de Nueva York y ahora se presenta por el partido de la calle de enfrente. Ya saben, un producto de nuestra era: "estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”.

El Supermartes lo ganó el exvicepresidente norteamericano con Barack Obama. Es decir, otro hombre de posibles, Joe Biden, que pertenecen a ese grupo selecto de católicos norteamericanos aborteros, algo así como un circulo cuadrado, al que también pertenece la presidenta de la Cámara de representantes, Nancy Pelosi.

Frente a él sólo queda Bernie Sanders -Elisabeth Warren se ha retirado tras los malos resultados del Supermartes- ese anciano podemita, que además de progre es un rojo muy rojo.

Pero el peligro no es Sanders, entre otras cosas porque pocos votantes demócratas van a sentirse tentados por votarle. Se les podría morir antes de noviembre.

Es decir que el principal enemigo de Donald Trump es una católico abortero. No, no insisto demasiado en lo de abortero porque sin derecho a la vida, toda la arquitectura de derechos que componen una democracia no sirve para nada. Dígame usted que piensa sobre la vida y le diré quien es… e incluso si es de derecha o de izquierdas. Y, sobre todo, con el derecho a la vida se apunta al corazón del pulso ideológico actual.

Porque que miren ustedes: aún más tonto que un obrero de derechas es un hombre feminista. Aún más tonto que un hombre feminista es un cristiano progresista. O sea, Joe Biden.

El candidato demócrata a la Casa Blanca es católico progre y abortista, lo peor que le podría pasar a EEUU, el único país que resiste a la marea progre del nada es verdad ni nada es mentira. Es decir, es un incoherente. Y el progresismo es, antes que nada, incoherencia.