• La economía tiene dos inflaciones que nos llevan al desastre: la inflación de deuda y la inflación de moneda.  
  • ¿Quién ha dicho que es bueno conceder créditos a las empresas? Que inviertan con sus beneficios no repartidos.
"La felicidad consiste en ganar 20 y gastar 19; la desgracia en ganar 20 y gastar 21". Charles Dickens. "Ya debo 1.000 millones. Ya puedo dormir tranquilo: mi deuda es una deuda de Estado". Eduardo Barreiros. "Somos pobres, producid dinero. Mañana todos seremos ricos, pasado mañana estaremos en la miseria". Eulogius López. Los analistas financieros están muy preocupados. Sí, ya sé que siempre están preocupados pero esta vez se trata de China y de su elevadísima deuda. No la pública no, la empresarial. Ya saben que hay tres tipos de deuda: la familiar, la empresarial y corporativa y la deuda pública o estatal. En China, todas las empresas son paraestatales, así que la distinción entre deuda corporativa y deuda pública no está muy clara. Pero es lo mismo. Si no es China, o las empresas chinas, será Europa, o las empresas europeas, o India y las empresas indias. En cualquier caso, que como China es el país emergente (que no significa que esté en situación de emergencia aunque casi) empezamos a temer que estemos sobre endeudados todos los habitantes del planeta tierra... mayormente. Lo cual es bueno e instructivo porque ya era hora de que sintiéramos tan saludable pánico. En efecto, toda la economía mundial está montada sobre dos fenómenos ligados y a cada cual más aberrante: la indeseada producción de dinero y el inmoderado endeudamiento. Por cierto, ¿quién ha dicho que la facilidad de crédito hace crecer la economía? ¿Quién ha dicho que una empresa debe invertir siempre a crédito? Eso no es un aspirante a creador de riqueza, es un aspirante a moroso. Que inviertan con sus beneficios no repartidos. En cualquier caso, lo cristiano es invertir de tu propio dinero o no gastar lo ganado para invertir. Sólo en circunstancias excepcionales debes endeudarte. Y lo mismo con la reproducción de moneda: sólo debes producir el dinero estrictamente necesario para intercambiar bienes y servicios, ni un dólar más. Y de mano de la emisión de moneda y de la deuda vamos a eso: hacia el colapso mundial total y definitivo. Y donde no vamos, sino que ya estamos, es a un mundo donde los jetas que trabajan a crédito explotan a aquellos que, o bien no quieren, o sencillamente, no pueden endeudarse. Y a otro mundo pero donde aquellos que pueden emitir moneda (el poder) le roban la cartera a aquellos que no tienen ese privilegio. Eulogio López eulogio@hispanidad.com