El Sanchismo es egolatría y corrección política. Dos ejemplos: Miquel Iceta, un burgués trasmutado en separatista de ocasión y Nadia Calviño, una eurócrata trasmutada en filántropa, presidentes del Senado y del BERD.

Egolatría: Pedro Sánchez, convertido en monarca tras ganar unas elecciones y no por mayoría absoluta, recibiendo a los líderes políticos, tarea que corresponde al Rey Felipe VI, especialmente en periodos de interregno. Él tan sólo es un presidente del Gobierno en funciones. Si quiere saber con qué apoyos políticos cuenta, que llame por teléfono o que reciba a los otros líderes en un restaurante o en la calle Ferraz, no en Presidencia del gobierno.

Pero Casado, Rivera e Iglesias, simplones ellos, acudieron a la cita.

Miquel Iceta, nuevo presidente del Senado -el hombre que amenazaba con que si ganaba Vox se volvía al armario, amenaza que ha hecho temblar al país- será presidente del Senado.

Pero la culpa no es de Sánchez. Lo malo es que, en la España de hoy, cualquier barbaridad resulta políticamente correcta

Es el mismo que personaje que en plena precampaña soltó aquello de que si continuaba la marea separatista, resultaría imprescindible un referéndum de autodeterminación en 10 años. Es el clásico comentario sanchista, que sólo puede perpetrar un personaje que vive pendiente de hacer carrera política. Es decir, que siempre y en cualquier circunstancia, asumirá lo políticamente correcto.

Lo mismo Nadia Calviño, pendiente de sus dos carreras profesionales: la de Madrid y la de Bruselas. Calviño sabe que la política económica del Sanchismo sólo va a generar más gasto publico y que camina hacia una nueva amenaza de quiebra del Estado, como en época de Zapatero… pero le importa un bledo. Si eso ocurre, ella ya no será ministra de Economía, se habrá vuelto a Bruselas. Su interpretación de la muy fea Encuesta de población activa (EPA) del primer trimestre, en vísperas del 28-A, una vergüenza para cualquier estudiante de Económicas, da la clave de lo que es capaz de hacer esta señora con tal de permanecer en la cúpula.

Ahora, además de ser presidenta del BERD seguirá de ministra de Economía. El BERD es esa filantropía europea con los países del Este, donde se reparten créditos subvencionados. Ya saben: filantropía pagada con el dinero del contribuyente. Más dietas para Calviño, mientras mantiene su poder en España.

Y todo esta egolatría puede desarrollarse en la España de hoy porque el sanchismo, una cuasi-ideología cristófoba y guerracivilista, se atiene a lo políticamente correcto. Y en la España de hoy, y de esto no tiene culpa Pedro Sánchez, que la tenemos todos… cualquier barbaridad resulta políticamente correcta.

Dicho sea, en el Día de Europa, 9 de mayo de 2019.