• El mismísimo dinero se ha convertido en una especie de burbuja permanente, en permanente estallido.
  • Ni el modelo de la Reserva Federal USA ni el del Partido comunista chino son modelos cristianos. Lo cristiano es la pequeña propiedad privada.
Decíamos ayer que la nueva crisis económica que ya llega va a afectar al mundo entero, no sólo a Occidente, como ocurrió con la de 2007. En cualquier caso, hemos pasado de hablar de recuperación a presagiar una nueva depresión en el trascurso de dos semanas. Repartamos culpas: Occidente es el responsable claro de la crisis de 2007 La causa fue la especulación financiera y la costumbre de solucionar todos los problemas económicos fabricando dinero, hasta que convertir al propio dinero en una burbuja permanente, en permanente estallido. Pero eso es por lo que corresponde a Occidente. El océano de liquidez en el que nos movemos es anterior a la crisis y causa de la crisis y… lo sigue siendo. Sin embargo ahora el culpable próximo es otro. La crisis que viene no es por culpa de la especulación financiera china (aunque nos han imitado con gran entusiasmo) sino de los salarios de miseria chinos. El modelo de los alabados países emergentes no es más que competir por salarios de subsistencia: trabajar más por menos. En otras palabras, la competitividad no es más que un cociente producto de dividir la productividad por los costes. Si reducimos los costes, el denominador, seguramente el cociente será formidable. Así es como China e India han conseguido convertirse en la segunda y tercera potencias económicas del mundo. Y ahora llega su penitencia, que será para todo el planeta. Resulta que los gobiernos chino e indio son extraordinariamente poderosos pero ni chinos ni indios tienen para comprarse un producto decente. Y, por ejemplo, las marcas Volkswagen, Mercedes y GM han decidido abandonar el país: no pueden vender sus productos porque los chinos no tienen con qué comprarlo. Y los gerentes del Partido Comunista, naturalmente, sólo compran coches de lujo, no el 'automóvil' del pueblo. Naturalmente, ni el modelo de la Reserva Federal Norteamericana, basado en emitir moneda, ni los de Pekín, basado en explotar a sus ciudadanos, son modelos de producción cristianos. El uno por especulador, el otro por explotador. Lo cristiano es la pequeña propiedad privada. Eulogio López eulogio@hispanidad.com