Vodafone dejó de emitir y ofrecer partidos de fútbol. Telefónica y Orange le siguieron y con el coronavirus se han visto obligados a no ingresar pero sí a pagar a los clubes de fútbol que viven de las retransmisiones.

Por eso, la rueda tenía que seguir girando pero no como pretendía la insensata de Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes y, lo que es mucho más importante biógrafa de Pedro Sánchez. Lozano tuvo una gran idea: que Telefónica abonara partidos en abierto para los aficionados, es decir gratis. Es más, vendió la piel. En la operadora le recordaron que casi no, que con el dineral que habían pagado por los derechos de retransmisión… pues que casi no merecía la pena.

En cualquier caso, tenemos 100 partidos en un mes, por aquello de recuperar el tiempo y el dinero perdido. Es decir, que corremos el riesgo de matar a la gallina de los huevos de oro. O acelerar su muerte, porque el fútbol televisado sigue teniendo capacidad de enganche… pero ya no es lo que era. Es algo parecido a lo que ocurre con la música. Los cantantes han tenido que coger de nuevo la carretera, porque ya sólo pueden vivir de sus conciertos. Pues los futbolistas y los espectadores… algo parecido.