Para entendernos: lo que pretende el Gobierno Sánchez es que nuestros hijos no oigan hablar del amor de Cristo. Jamás. Eso es la nueva ley de Educación que propone el PSOE… y supone un asunto político grave.

De entrada, las mentiras de Isabel Celaá, durante su comparecencia en el Congreso, el pasado jueves.

  1. Habló de que le gusta la enseñanza concertada, pero no esa otra concertada que es un negocio. ¡¿Un negocio la enseñanza concertada?! Sí, es un negocio, pero para el Estado: el puesto en la enseñanza privada concertada le cuesta al Estado, a todos los españoles, poco más del 50% que en la pública.
  2. La libertad de enseñanza se llama cheque escolar, que es el único método por el que se le retira el poder a los políticos, a los empresarios, a los sindicatos de profesores y se le otorga al único que debe poseerlo: los padres.

El coste para los españoles de un alumno en la enseñanza pública casi duplica el de la enseñanza concertada

Lo curioso es que el PSOE y la ministra Celaá hablan de la concertada como si fuera una graciosa concesión del Gobierno a los empresarios privados depredadores. Es justamente al revés.

Pero lo más importante: lo que pretende el sanchismo es expulsar a Cristo de la escuela y lavarles el cerebro a los críos con ideología de género desde su más tierna infancia.

Y del cheque escolar, clave de la libertad de enseñanza, nada de nada

Quieren acabar con la enseñanza católica, que no con la escuela católica. De hecho, con esa hemos terminado los propios católicos hace ya algún tiempo.

Pero no soportan que a los niños les hablen de Dios en el colegio. De ideología de género sí, pero de Dios, nunca jamás.