• Lo políticamente correcto influye más en economía que los ministros del ramo. 
  • Brufau contra el mundo: defiende el petróleo.
  • Mientras, los franceses, señores de la energía nuclear, no se atreven a reforzar una planta nuclear en Reino Unido.
  • Y seguimos financiando con dinero público las ruinosas renovables.
Lo hizo el presidente de Repsol, Antonio Brufau (en la imagen), durante su discurso ante la Junta General de Accionistas de la compañía española, celebrada el viernes en Madrid. Ustedes se preguntarán: ¿Y no es lo lógico que el presidente de una petrolera defienda el petróleo? Pues no, no lo es, porque la tontuna ecologista ha arraigado de tal forma que ni los petroleros se atreven a defender lo que producen. Lo propio de nuestro tiempo consiste en poner al petróleo como no digan dueñas: el enemigo público número uno, pero, eso sí, continuar utilizándolo cada día… y cada día más, al encender el automóvil. Coherencia, que le dicen. Claro que Brufau, el estilo es el hombre, ha defendido el petróleo atacando. Atacando a las renovables. Lo hizo durante un discurso del viernes 20 en la Junta de Accionistas de la petrolera. Es más, hasta pensó en no hablar y dejarle todo el protagonismo al Ceo, Josu Jon Imaz. Al final decidió que sí, y le salió un discurso general, es decir, no particular sobre Repsol. Un discurso más programático e ideológico que de gestión. Atacó a las renovables, energías rarísimas que precisan de dinero público para sobrevivir y pervierten la competencia. En plata, que no nos sacan de pobres. E hizo bien. En paralelo, EDF no se atreve con la central nuclear de Hinkley Point, en el Reino Unido. Y eso que sería su gran oportunidad de relanzar la energía nuclear con los nuevos reactores que reducen de forma drástica los residuos. Es decir, producen más megawatios con menos basura nuclear. Y es que la presión de lo políticamente correcto influye más en la economía que los ministros del ramo. Entre otras cosas, porque lo políticamente correcto también influye sobre los ministros del ramo. En definitiva, sigue imponiéndose una energía verde sobre una energía barata. Y encima, sobre  lo de 'verde' habría mucho que hablar. En resumen, algo tan grave como lo siguiente: el modelo  energético actual provoca pobreza. Eulogio López eulogio@hispanidad.com