Reconozco que en cuarenta años como periodista rara vez he contemplado un espectáculo tan cursi como el de Pedro Sánchez llegando al Palacio de la Moncloa y de forma espontánea -tan espontánea que había una cámara preparada al efecto- todos los ministros, los más pelotas de Europa aplaudían entusiasmados al héroe que llegaba de Bruselas.

La historia se hace cada día pero no todo lo que yo hago, porque lo haga yo, es histórico. Es una obviedad pero, aquí viene la sorpresa; Sánchez lo ignora. Los papanatas de izquierda y de derecha, también.

Sí el acuerdo de Bruselas es histórico pero siguen sin decirnos cómo será el veto

“España tiene que buscar la solución de sus problemas dentro de España”. Ahí Rutte tiene razón. Ningún fondo europeo va a salvar a España de la crisis permanente en la que vive, la primera de las cuales es el envejecimiento de la población y el segundo, el modo en que el estado asfixia a la propiedad privada mientras la mayoría aplaude.

Pablo Iglesias, otro tipo deleznable acusa a Europa, por ejemplo a Holanda, de actuar como un paraíso fiscal. También tiene razón.

Vamos por partes: el holandés Rutte y el español Iglesias son dos tipos deleznables que, de vez en cuando, tienen razón. Rutte tiene razón cuando asegura que España e Italia deben buscar soluciones por sí solos. Es cierto: los fondos europeos servirán de poco si no se utilizan para industrializar. Servidor ya está temblando cuando Sánchez asegura que el objetivo de los fondos será la ecología, la digitalización y la formación profesional.  

Europa cada vez se parece más a España: dos progres de izquierdas, dos progres de derechas... y Polonia y Hungría

Suena bien pero verán: la ecología es cara, la digitalización, en Estados Unidos, que va a la cabeza, no está siendo dirigida por el Estado sino por las empresas y por la generación de nativos digitales -para bien y para mal- y la educación y la formación profesional no es lo más urgente: lo más urgente es que los educados y los formados tengan un puesto de trabajo donde aplicar las enseñanzas recibidas.

Más cosas: el acuerdo de Bruselas puede ser histórico pero siguen sin decirnos cómo será el veto. Sí, se nos ha dicho que Bruselas podrá encauzar el plan de inversiones de cada país, que vamos a ser tutelados. Ahora bien, eso significa, por ejemplo, que Europa, con toda razón, sigue insistiendo en las reformas. Sobre todo en dos: reducir el gasto en pensiones y el despido libre. Pagado, pero libre.

¿Hablamos de un rescate? No, Vox exagera. Sería rescate si habláramos de créditos

Más madera. Europa cada vez se parece más a España: dos progres de izquierdas, dos progres de derechas… y Polonia y Hungría. En España hay dos partidos progres de izquierda (PSOE y Posemos) dos progres de derecha (PP y Cs) y uno que no es progre: Vox. Igualitos.

¿Hablamos de un rescate? No, Vox exagera. Sería rescate si habláramos de créditos pero ahora hay subvenciones y quien se endeuda para pagar la factura de esa trasferencias es el conjunto de la Unión Europea. Esa es la novedad y para los que todavía creemos en el proyecto europeo -reconozco que cada vez menos- es una buena noticia.