En más de una ocasión hemos hablado de la obsesión antinuclear de Teresa Ribera, que incluso ha llegado al extremo de manipular informes, pero que no se entiende si es tan enemiga del CO2. Una obsesión que podría llevar a que perdiéramos la central nuclear de Almaraz; y la de Trillo, ya veremos si ocurre o no lo mismo.

España va camino de cometer el mismo error de Alemania, que ha cerrado sus últimas nucleares y ha disparado el uso de carbón y gas, si no se altera el calendario de cierres de los siete reactores de forma progresiva entre 2027 y 2035 que se pactó hace unos años... en unas condiciones muy distintas a las actuales. Los primeros en cerrar serían los de Almaraz I y Almaraz II y lo harían en 2027 y 2028, aunque ¡están preparados para funcionar más tiempo! y el tiempo para evitarlo ha empezado a correr en su contra, pues el punto de no retorno para Almaraz I llegará en 2024 dado que la parada se empieza a preparar unos tres años antes para que sea ordenada, como ha recordado Ignacio Araluce, recientemente, y se hace a través de decisiones relacionadas con: la ampliación de licencia, el acopio de combustible, la renovación de plantilla (sobre todo licencias de supervisores y operadores) y las empresas contratistas y proveedoras de materiales preventivos

Los primeros en cerrar serían los reactores de Almaraz I y Almaraz II y lo harían en 2027 y 2028, aunque ¡están preparados para funcionar más tiempo! El tiempo para evitarlo a empezado a correr en su contra, pues el punto de no retorno para Almaraz I llegará en 2024 dado que la parada se empieza a preparar unos tres años antes

Las propietarias de los dos reactores de Almaraz son Iberdrola (53%), Endesa (36%) y Naturgy (11%), y desde la segunda, su CEO, José Bogas, ha referido que en la revisión del PNIEC que “es preciso revisar y adaptar algunas de las hipótesis y escenarios para dar firmeza al sistema durante la transición energética” y hace poco más de dos meses reconoció que él “afianzaría más cosas, creo que hay que prolongar la nuclear porque creo que no vamos a llegar a los objetivos de bombeo, almacenamiento, termosolar, hidrógeno…”. Claro que es difícil esperar cambios en el calendario de cierres y más siendo 2022 año electoral, y es bastante probable que Ribera deje para el próximo gobierno la ineludible prórroga de los siete reactores nucleares

Energía nuclear en España en el año 2022

El PNIEC, que se revisa este año, incluye los cierres de los cuatro primeros reactores (los dos de Almaraz, Ascó I y Cofrentes). Además, habrá otra revisión de dicho Plan en 2025

De cara a la revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que está preparando Ribera sin incluir en el debate al sector nuclear ni a otros y que se enviará a Bruselas el próximo junio, hay poca esperanza. El PNIEC va hasta 2030 e incluye los cierres de cuatro de los siete reactores operativos (los dos de Almaraz, Ascó I y Cofrentes) y por ahora, sólo se sabe que se quiere que haya mucha más fotovoltaica y baterías, pero no se conocen detalles sobre el tipo de baterías en las que se está pensando ni tampoco sobre su capacidad. Y tras esos cuatro primeros cierres, seguirían el de Ascó II en 2032 y los de Vandellós II y Trillo en 2035. Eso sí, habrá otra revisión del PNIEC en 2025, que podría no suponer nada para el cierre de Almaraz, pero sí para el resto, y cabe referir que Araluce ha destacado el compromiso de las empresas propietarias de la central de Trillo (Iberdrola, Naturgy, EDP y Endesa), pues han pedido la renovación de la licencia para seguir funcionando, al menos, otros 10 años más, lo que supone además una respuesta a Moncloa. 

El presidente del Foro Nuclear (asociación que representa a la industria nuclear española) ha subrayado en más de una ocasión el error que sería cerrar los reactores... y más cuando se vive “un maremoto nuclear” mundial, los cuales aportan el 20,5% de la electricidad de forma estable con solo el 5,9% de la potencia instalada, sin emitir CO2 y luchando contra el cambio climático. En esta misma línea, Alfredo García (conocido en Twitter como Operador Nuclear) ha lanzado una campaña para salvar las nucleares españolas. Y es que este ayudante de jefe de turno en la central nuclear de Ascó, que tiene licencia de operador de reactor y supervisor (y también es ingeniero de Telecomunicaciones, licenciado en Comunicación Audiovisual y divulgador científico), considera que el cierre nuclear “es un suicidio” y además elevará el precio de la luz, las emisiones y la dependencia. Por su parte, desde la Sociedad Nuclear Española (SNE) -que agrupa a los profesionales de la industria nuclear de nuestro país-, se ha destacado que “hoy no se puede prescindir de la nuclear por seguridad de suministro y objetivos de descarbonización” y que “nos estamos quedando solos en la estrategia de cierre”, lanzando un manifiesto en defensa de nuestros reactores que pueden operar 60 años o incluso más.