La central nuclear de Almaraz se ha reivindicado, pese a que esta energía no gusta nada a la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera. Cerrará entre 2027 y 2028, si no hay cambios en el calendario previsto, pero está preparada para funcionar mucho más allá. De hecho, en rueda de prensa, su director, Rafael Campos, ha destacado que “sigue siendo una central preparada tecnológicamente para afrontar el futuro” y que supone una contribución de 45 millones de euros a su entorno.

Dicha central, situada en el municipio cacereño que le da nombre, consta de dos reactores y ambos son propiedad de tres energéticas: Iberdrola (53%), Endesa (36%) y Naturgy (11%). Este año, ambos reactores han producido 16.600 gigavatios hora (GWh) de electricidad, por lo que han vuelto a generar más del 6% de la energía eléctrica que se consume en España. En concreto, la Unidad I ha producido 8.700 GWh, y la Unidad II, 7.900 GWh, algo menos debido a la recarga de esta última que se produjo entre finales de septiembre y principios de noviembre y supuso una parada de 40 días.

El próximo año se revisará el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, en el que se incluye parte del calendario progresivo de cierres de las nucleares españolas. Y el plazo para dar marcha atrás al cierre de Almaraz sería 2024, según Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear

Rafael Campos ha subrayado que la central de la Almaraz está “preparada para cualquier escenario”, es decir, tanto para su cierre como para su continuidad. Conviene tener en cuenta que el próximo año se revisará el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, en el que se incluye parte del calendario progresivo de cierres de las nucleares españolas. El pasado mes, el presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce, quien trabajó en la central de Almaraz como jefe de operación y después como director, defendió que aún hay margen para apostar por el alargamiento de su vida útil y que el plazo para dar marcha atrás al cierre de la central cacereña sería 2024. Al igual que Araluce, los expertos del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM) han referido que “el año 2024 podría ser un punto sin retorno para decidir si se acomete la ampliación de la vida de las centrales nucleares”. 

El propio Rafael Santos ha señalado que están “trabajando ya en el escenario del potencial cese de Almaraz entre 2027 y 2028, haciendo actuaciones con vistas a trabajar en las fases previas de desmantelamiento”. Eso sí, ha referido que serán las empresas propietarias (Iberdrola, Endesa y Naturgy) las que, de acuerdo al PNIEC del Gobierno, “abran ese escenario o no”. Recuerden que Ribera ha insistido en más de una ocasión en que las empresas españolas no quieren apostar por la nuclear, en un intento demagógico de echarles la culpa cuando el principal responsable es el Gobierno y la asfixia fiscal que les impone. De hecho, esta energía, que no emite CO2, no depende de factores meteorológicos y proporciona seguridad de suministro, podría ser aún más barata “si nos bajaran los impuestos”, como subrayó Araluce, en su entrevista con Hispanidad. Pero como bien saben, Ribera prefiere las placas fotovoltaicas y las turbinas eólicas, e incluso el hidrógeno verde, aunque las cuentas no le salgan.