Un nuevo capítulo del desastre ‘verde’ de Alemania. Y es que usará más carbón para reducir su dependencia del gas ruso ante los recortes en el suministro que está haciendo Gazprom, mientras insiste en cerrar sus últimas tres centrales nucleares. Recuerden que actualmente el carbón es su primera fuente de generación eléctrica y que ha elevado la producción de lignito y hulla, mientras la de renovables ha bajado. 

Entre las nuevas medidas anunciadas el pasado domingo por el vicecanciller y ministro de Economía y Protección Climática, y miembro del partido Alianza 90/Los Verdes, Robert Habeck, está la reducción del uso de gas en la generación de electricidad y en la industria, considerando que debe haber un menor consumo porque si no “en el invierno habrá verdaderas estrecheces”. Asimismo, se reacondicionará la red de centrales carboneras que forman parte de la reserva eléctrica para que puedan activarse “a corto plazo”. “Tenemos que ser sinceros, esto implica, durante un periodo de transición, más centrales carboneras”, ha afirmado Habeck, invitando a “ahorrar energía”, porque “tenemos que vivir dentro de nuestras posibilidades económicas”.  

Unos anuncios que no se acaban de entender dado que vienen de un gobierno de coalición en el que también tienen presencia los verdes... porque el carbón emite mucho CO2, más que el gas

Unos anuncios que no se acaban de entender dado que vienen de un gobierno de coalición en el que también tienen presencia los verdes... porque el carbón emite mucho CO2, más que el gas. Mientras tanto, Alemania insiste en cerrar sus últimas tres centrales nucleares a finales de año, que no sólo le proporcionarían energía sin casi emitir CO2, sino de forma estable, pudiendo aumentar su autonomía energética. Al hilo de las emisiones, conviene recordar que sin la energía nuclear Europa no logrará ser neutra en carbono ni autosuficiente, como ha advertido Finlandia, concretamente su ministro de Asuntos Económicos, Mika Lintilä.

Las medidas llegan después de que la empresa gasista rusa Gazprom redujera en un 60% el flujo de gas que suministra a Alemania a través del gasoducto Nord Stream aludiendo a problemas técnicos y a las sanciones de Occidente tras la invasión rusa de Ucrania y el inicio de la guerra: las reparaciones por parte de Siemens se están demorando porque fabrica las turbinas en Canadá y ahora no las puede sacar para devolvérselas a Rusia, porque el país impuso de Justin Trudeau impuso sanciones. Aunque el Gobierno alemán considera que la decisión de Gazprom se debe más a una motivación política de Rusia. Ojo, las medidas para usar más gas y “ahorrar energía” llegan semanas después de que el canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, llamara a la población a hacer acopio de agua y alimentos

En el entretanto, recientemente, el Parlamento Europeo ha señalado que la nuclear y el gas no son energías verdes, marcando la intención de voto sobre un tema que se votará en un pleno a principios de julio, colocándose en sentido contrario a la Comisión Europea, que hace unos meses apostó por incluir ambas energías en la taxonomía verde europea. Claro que desde entonces Bruselas tampoco ha hecho mucho más por impulsar la nuclear (¡un error!): se aprobó elevar la producción de carbón más del doble que la nuclear, dentro del paquete de medidas ‘REPower EU’ para reducir la dependencia de los combustibles fósiles rusos en dos tercios este año. Por tanto, se puede referir el cachondeo ideológico-verde de Europa, porque apuesta por el carbón, que sí emite CO2,... mientras persigue emisiones neutras.