El canciller alemán, Olaf Scholz (o más bien, el amigo Olaf”, como le llamó Pedro Sánchez en su visita a España), no detiene el desastre alemán. Y es que insiste en cerrar sus últimas tres nucleares y en aumentar el uso del carbón, mientras sigue dependiendo altamente del gas ruso y llama a la población a hacer acopio de agua y alimentos.

Alemania quiere que la población esté preparada para diez días en caso de que haya un apagón y/o una crisis de desabastecimiento. Desde el Ministerio del Interior alemán, concretamente desde la Oficina Federal de Protección Civil y Asistencia en Casos de Desastre de Alemania (BBK), se recomienda almacenar ciertas cantidades de alimentos y agua potable, para poder consumir de manera óptima 2.200 kilocalorías y beber dos litros de líquido por persona y día; así como contar con una red comunitaria de apoyo entre vecinos. Y es que el Departamento de Nancy Faeser quiere que la población esté preparada en caso de un apagón a gran escala, que afectaría a supermercados y gasolineras, así como al refrigerador y congelador, y generaría una crisis de desabastecimiento, porque considera que “un aprovisionamiento de alimentos y bebidas ayudaría durante el tiempo que tarde en comenzar la ayuda estatal”.

Insiste en cerrar las últimas tres centrales nucleares que les quedan a final de año. El vicecanciller Habeck llegó a señalar: “Sabemos y hemos de admitir que en los últimos 20 años hemos maniobrado para depender cada vez más de las importaciones de energía fósil de Rusia”

Y ojo, porque la recomendación no es baladí. Se produce justo cuando Gazprom acaba de cortar el grifo por completo a Dinamarca, concretamente a su principal energética (Ørsted), y también a Shell Energy Europe, que es la compañía que suministra gas a Alemania, por negarse a pagarlo en rublos, tal y como exige Vladimir Putin. Recuerden que esto ya se veía venir hace unos días, cuando el Consejo Europeo extraordinario aprobó el sexto paquete de sanciones, destacando el embargo parcial al crudo ruso que llega por mar durante seis meses (lo que supone vetar más de dos tercios de las importaciones de petróleo de Rusia). Además, hace unos días, Gazprom también cortó el suministro de gas a Países Bajos por negarse a pagarlo en rublos, algo que ya había hecho con anterioridad con otros países europeos (Polonia, Finlandia y Bulgaria).

Al hilo de esto, cabe preguntarse dónde queda aquello de que Alemania era el motor económico europeo (en incontables ocasiones se hablaba del país como la locomotora), pero también por qué el Gobierno Scholz se niega a tomar medidas necesarias en materia energética. Se insiste en cerrar las últimas tres centrales nucleares que les quedan a final de año, a pesar de que Bélgica ya ha rectificado su calendario de cierre y ha optado por una prórroga. En el tema nuclear, conviene recordar que el vicecanciller y ministro de Economía y Protección Climática alemán, y miembro del partido Alianza 90/Los Verdes, Robert Habeck, ha llegado a señalar: “Sabemos y hemos de admitir que en los últimos 20 años hemos maniobrado para depender cada vez más de las importaciones de energía fósil de Rusia”.

Claro que ahora los esfuerzos “están dirigidos a reducir esta dependencia lo antes posible”, ha añadido Habeck, y además se quiere lograr la neutralidad en carbono en 2045 y adelantar el cierre de la última planta de carbón a 2030, algo que parece bastante difícil. Y más teniendo en cuenta que la ‘verde’ Alemania que dirigía Angela Merkel hasta hace unos meses ha aumentado el consumo de carbón (incluido el ruso, de hecho a primeros de abril se descargaron 515 toneladas, lo que supone unos 100 millones de euros, en el puerto alemán de Hamburgo) y su uso para producir electricidad (generó casi el 29% del total en 2021) y en la producción de energía total (aportó casi el 28%). Además, Scholz, Habeck y compañía deberían escuchar a los expertos en geoestrategia que han cuestionado al Gobierno Sánchez (que tampoco quiere dar oportunidades a la nuclear y se inclina por cerrarla de forma progresiva entre 2027 y 2035): critican que se retire la nuclear anticipadamente si se quiere reducir la dependencia del gas