• Un difícil equilibrio al que el presidente norteamericano fía su mermado prestigio en el mundo islámico. 
  • Yemen. Arabia Saudí bombardea a los rebeldes hutíes: son chiítas, no sunitas.
  • Los jeques árabes son sunitas mientras que los rebeldes hutíes son chiítas: y el odio entre ambas facciones del islam es radical.
  • Además, Egipto y EEUU ayudan a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Barhéin a atajar la rebelión chiíta.
  • Y es que nadie quiere consentir un nuevo foco de inestabilidad en la zona de la Península arábiga, después de lo que está haciendo el Estado Islámico en Irak y Siria. 
Como se ha informado, aviones de combate de Arabia Saudí bombardearon esta madrugada varias posiciones militares de los rebeldes chiítas hutíes en distintos puntos de Yemen para intentar frenar el avance de sus milicias hacia la cuidad de Adén, donde tiene su sede el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi. Los ataques buscan salvar al gobierno de Hadi, refugiado en Adén (sur del país), cuando se teme que se desate una guerra civil.

El ministro de Exteriores de Yemen, Riad Yasin, afirmó que el objetivo de los ataques es acabar con la capacidad de los chiítas hutíes para llevar a cabo bombardeos aéreos y ataques con misiles.

El ataque se produce poco después de que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Barhéin, decidieran responder a la petición de Hadi de actuar militarmente para frenar el avance de los rebeldes hutíes. En un comunicado conjunto, los cinco países insisten en que "el golpe de Estado" de los hutíes y su avance suponen una amenaza para la seguridad y la estabilidad de Yemen y de la región, así como para la "paz y seguridad internacional".

Lo relevante del asunto es que los jeques árabes por fin se han decidido a comprometerse militarmente... Y es que, recordemos, los jeques árabes son sunitas mientras que los rebeldes hutíes son chiítas. Y el odio entre ambas facciones del Islam es radical.

De hecho, el miembro de la oficina política del movimiento yemení de los hutíes Mohamed al Bujaiti afirmó ayer miércoles que los ataques son una declaración de guerra que conducirá al país a una "guerra global" en la región.

Pero los hutíes lo tienen difícil. Egipto anunció su apoyo "político y militar" a la intervención. Y, a su vez, el presidente de EEUU, Barack Obama, autorizó la entrega de "apoyo logístico y de Inteligencia" a las operaciones iniciadas por la coalición internacional encabezada por Arabia Saudí.

Es más, de hecho, es lo que EEUU está haciendo: coordinar estrechamente con Arabia Saudita y sus aliados en el Golfo las acciones militares contra los rebeldes hutíes en Yemen, recoge AFP.

Y es que solo le faltaba a esa zona del mundo que otro país del entorno árabe se desestabilice, después de lo que están haciendo los yihadistas sunitas del Estado Islámico en Irak y Siria...

En resumen, Barack Obama intenta resarcirse de tantos fracaso en el mundo islámico con un equilibrio realmente complejo. Así, a punto de firmar un acuerdo con Irán, envía a los chiítas iraníes a luchar contra el Estado Islámico (EI) y a los sunitas saudíes a luchar contra los chiítas yemeníes. Delicado equilibrio para no poner sobre el terreno tropas occidentales.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com