Victoria cómoda del PNV que ha logrado 31 escaños, tres más que en 2016. Iñigo Urkullu consolida así su poder y podrá seguir gobernando los próximos cuatro años… si es que el PSE le apoya de nuevo.

Lo hará, eso sí, ante una oposición de izquierdas consolidada: EH Bildu sube tres escaños y llega a los 21 lo que supone que estamos ante un Parlamento de elevado componente nacionalista.

El PNV se ha quedado a siete escaños de la mayoría absoluta, mientras el PSE-EE de Idoia Mendia, apenas consigue un escaño más y se queda en 10. Muy lejos de las perspectivas que tenían los socialistas.

De momento, su candidata y secretaria general, Idoia Mendia, ha dejado claro principalmente con quién no gobernará: durante las semanas previas a estas elecciones, Mendía cerró la puerta al tripartito de izquierdas que propuso Elkarrekin Podemos-IU junto a EH Bildu.

La apuesta de Pablo Casado y de Inés Arrimadas, para comprobar sí era posible la fórmula de la coalición, no ha funcionado 

Ahí está, precisamente, otra clave arrojada por las urnas. EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos suman 38 escaños. Matemáticamente podrían gobernar aunque parece que ese acuerdo está descartado.

Durante la campaña electoral EH Bildu no cerró la puerta a un acuerdo tripartito de izquierdas pero no confiaba (tampoco lo hace ahora) en un giro del PSE que le lleve a abandonar su pacto con el PNV.

Lo que sí está claro es que el bloque de la izquierda estará liderado, de forma clara, por la coalición abertzale que ha alcanzado su máximo histórico tras obtener 22 escaños, uno más que en 2012 y cuatro más que en las autonómicas de 2016, y que será una oposición fuerte

La sorpresa la ha dado Vox que entra con una diputada por Álava, precisamente la cuna de su líder Santiago Abascal, tras lograr su partido el 1,9% de los votos.

La peor parte se la han llevado Elkarrekin Podemos-IU y PP-Ciudadanos. Los  populares, que tenían al ex europarlamentario Carlos Iturgaiz como candidato, caen de nueve a cinco escaños, sus peores resultados databan de 1990, cuando obtuvieron ese mismo número de representantes.

La sorpresa la ha dado Vox que entra con un escaño por Álava, precisamente la cuna de su líder Santiago Abascal, tras lograr su partido el 1,9% de los votos

La apuesta de Pablo Casado y de Inés Arrimadas, para comprobar sí era posible la fórmula de la coalición, no ha funcionado y se quedan como quinta fuerza en el parlamento vasco

Por su parte, Elkarrekin Podemos-IU pasa de los 11 escaños que obtuvo en las elecciones de 2016 –primeros comicios autonómicos a los que se presentó la formación morada- a los seis conseguidos este domingo.

Alta abstención

Y si las elecciones las ha ganado el PNV también lo ha hecho la abstención.  que bate otro récord: según datos definitivos, ha llegado al 47,1%. La crisis del coronavirus, que durante la campaña estuvo marcada por el foco en la localidad guipuzcoana de Ordizia, ha tenido un alto impacto en las urnas.

Hasta ahora, el dato más alto de abstención correspondía a las elecciones autonómicas de 1994, cuando alcanzó el 40,3%. En las votaciones de 2016 había llegado al 39,9%.

(Ver resultados provisionales del 12J. País Vasco)