No ha tardado ni dos meses el nuevo presidente del Gobierno, don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, en poner en práctica el alma más íntima de la izquierda española: utilizar los bienes públicos en beneficio propio. Es decir, utilizar una avión de las Fuerzas Aéreas pública para acudir a un concierto pop en compañía de su señora. Y, de paso, inventarse una agenda institucional en el Levante para tomarse un día libre con cargo al Estado.

¿Pedirá disculpas el inquilino de Moncloa? No es necesario: los progresistas no se corrompen y, por tanto, no tienen que pedir disculpas. Eso es cosa de la derecha, siempre corrupta y siempre soberbia.

¿Pedirá disculpas el inquilino de Moncloa? No es necesario: los progresistas no se corrompen

Es más, la vicepresidenta del Gobierno, doña María del Carmen Calvo Poyato, se escandaliza del escándalo: habla de agenda cultural del presdiente y es sabido que la cultura todo lo salva. Es más, se siente muy ofendida porque, en el fondo, lo que los críticos quieren es que vaya a la ópera y no a un concierto pop. Así se percibe y demuestra la malicia de la derechona.

Porque esa es otra: hemos utilizado la corrupción de forma hipócrita, especialmente el PSOE. Hipocresía significa que la honradez política importa una higa: lo que importa es utilizar la corrupción para poder denigra al adversario político. Esto es lo que ha llevado al PSOE y a Podemos hasta La Moncloa.

La vicepresidenta, Carmen Calvo, habla de agenda cultural: la cultura todo lo salva

Pero lo importante es el master de Pablo Casado, porque la diferencia es que Casado es un fundamentalista y Sánchez un progresista.

En cualquier caso, la “agenda cultural” de Pedro Sánchez en boca de doña Carmen clavo ha servido para el regocijo general de los españoles en las redes sociales. Y eso, se pongan como se pongan los fascistas, posee un gran potencial educativo. A más a más, nadie le podrá negar a la vicepresidenta Calvo que haya colaborado a elevar el nivel de felicidad de los españoles y la españolas.