• Manifestantes pro kurdos acusan a "los dirigentes de Ankara" de connivencia con el EI para debilitar a la izquierda kurda, objetivo del atentado del lunes.
  • En dicho atentado al menos 30 personas murieron y unas 100 resultaron heridas con una bomba suicida en la ciudad de Suruç, en el sureste del país. Contamos ayer que al menos 30 personas murieron este lunes y unas 100 resultaron heridas en un atentado suicida con bomba en la ciudad de Suruç, en el sureste de Turquía y cercana a la frontera siria, confirmó el gobernador de la provincia de Sanliurfa, Izzettin Küçük, a la cadena NTV. El atentado ha sido reivindicado por el Estado Islámico. El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, respondía a un comunicado del pro kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en el que acusa a "los dirigentes de Ankara" de dar "palmaditas en la espalda" al EI para debilitar a la izquierda kurda, objetivo del atentado. Pero el atentado ha tenido consecuencias para el Gobierno turco. Manifestantes denunciaron no sólo al Estado Islámico como autor de la masacre sino que dirigieron su indignación también contra el Gobierno turco y el presidente Erdogan. De hecho, la Policía turca lanzó gases lacrimógenos contra la manifestación de varios miles de personas que protestaban en la céntrica calle Istiklal en Estambul por la matanza terrorista cerca de la frontera con Siria. Entre las consignas de la manifestación destacaban frases: "El pueblo pide cuentas" y "AKP asesinos", en referencia al partido islamista del presidente Erdogan que lleva en el poder desde 2002, aunque perdió la mayoría absoluta en las elecciones del 7 de junio pasado. Una de las portavoces de la protesta, Meral Danis Bestas, vicepresidenta del partido de izquierda kurda HDP, llegó a asegurar que "hoy, el Gobierno del AKP ha firmado otra masacre". Andrés Velázquez andres@hispanidad.com