Repsol, al compás del precio del petróleo, vive un buen momento en bolsa, aunque esa tendencia arrancó en febrero, cuando los títulos cotizaban a 13,5 euros, frente a los 17,10 de ahora. La petrolera deja atrás la penalización sufrida por la salida del accionista de referencia, Caixabank (-2,4%, a 16,48%), pero esa salida, en paralelo, deja más expuesta a la petrolera para un asalto vía OPA por las propias características de la compañía.

Es más opable por la posición que ocupa entre las grandes petroleras, por un lado, pero sin olvidar, en igual medida, que se trata de una compañía muy rentable. Por eso se ha adelantado a otras del sector, junto a Galp, en la recuperación bursátil. En diciembre, acumulaba la segunda con mayor revalorización (25,89%), superada únicamente por la portuguesa (28,38%).

Es más opable por la posición que ocupa entre las grandes petroleras

El gráfico (en la imagen) da una idea del valor en bolsa de las grandes petroleras, que multiplican hasta por trece, en el caso de la primera, la americana Exxon, la capitalización de Repsol. Para buscar un referente próximo, es necesario mirar a compañías más pequeñas, como la británica BP, que multiplica por 4,4 el valor de Repsol, la italiana ENI, el doble, o las seis veces más de la francesa Total.

Pero esa ecuación no se mide únicamente en términos de tamaño -en respuesta al pez grande se come al chico-, sino en otros aspectos que también entran en juego. No es una compañía estatal, como ENI, la mexicana Pemex o la todopoderosa saudí Aramco, grupos, lógicamente, protegidas frente a operaciones de compra.

Está en un estadio intermedio, pero con excelentes opciones como el hecho de ser una compañía integrada -eléctrica, gasera y petrolera-, más concretado después del plan estratégico, que adelantó líneas de negocio que nada tienen que ver con el periodo anterior, con una inversión de 2.500 millones en proyectos en bajas emisiones y fuera del mercado regulado. A eso se añadió después Viesgo o la entrada en fotovoltaica.

Aunque ahora el aliciente es el precio del petróleo, hay mucho más

Esa situación acelera, en fin, una perspectiva con la que Repsol se ha cubierto tradicionalmente en los malos momentos por el precio del crudo, y le ha dado más fuerza que a otras en los buenos. Sin olvidar, además, los pozos de explotación en marcha y los yacimientos potencias, sobre todo tras la compra de la canadiense Talisman.

Ahora el aliciente es el precio del petróleo, pero en el horizonte hay mucho más.

Dicho todo esto, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, nunca ha sido partidario de un núcleo duro. Según él, es la calidad de la gestión la que debe marcar el futuro de la compañía. Bueno, entonces no hay nada que temer.