• Y, por supuesto, aumentar los ingresos recurrentes.
  • En cualquier caso, Telefónica no perderá el control de los activos.
  • Tras la fallida venta a Hutchison, O2 se ha convertido en un activo estratégico.
El dividendo de Telefónica no corre peligro alguno, por mucho que algunos analistas se empeñen en cuestionarlo. El presidente de la operadora, José María Álvarez-Pallete, lo tiene claro. Pero las dudas están más que justificadas: los resultados de la operadora en el primer semestre fueron malos, con una caída del beneficio bruto del 23% respecto al mismo periodo de 2015. Y lo más preocupante: cayeron todos los márgenes del negocio, esto es, los ingresos (7,1%), el margen bruto de explotación (6,4%) y el resultado de explotación (10,9%). Y todo esto, con un aumento del endeudamiento del 2,7%, hasta los 52.000 millones de euros. Se entienden las dudas de los analistas. Pero tranquilos, el dividendo no se toca. José María Álvarez-Pallete tiene un plan para mantenerlo y para ello lo más urgente es reducir el apalancamiento. Primera medida: la salida a bolsa de Telxius, anunciada este lunes a la CNMV. En tres o cuatro semanas, colocación rápida de, al menos, el 25% de la filial de infraestructuras de red de Telefónica. La intención, ingresar unos 2.000 millones de euros y comenzar la ardua tarea de reducir el endeudamiento. No será la única medida. El presidente de Telefónica también tiene previsto a fin de año o principio de 2017, buscar un inversor para O2 o, si no lo encuentran, sacar a bolsa parte de la filial británica. Como con Telxius, y según el hecho relevante remitido a la CNMV también este lunes, nunca será un porcentaje que suponga la pérdida de control por parte de Telefónica. Después de la fallida venta a Hutchison, O2 se ha convertido en un activo estratégico de la compañía. Y lo es a pesar de ser sólo móvil porque en Reino Unido, de momento, el mercado no impone la necesidad de ser convergente. La colocación de parte de O2 podría suponer la entrada de unos 4.000 millones adicionales. No está mal, pero no es suficiente para mantener el dividendo que, si se abonara únicamente en 'cash', supondría un desembolso de 3.800 millones de euros. Con la opción actual del scrip, 2.400 millones se abonan en efectivo y 1.400 en acciones. Mucho dinero que hace necesario aumentar los ingresos. Y en eso está Álvarez-Pallete, que confía en mejorar los 3.000 millones de euros generados durante el segundo semestre de 2015. Y aún queda una última bala en la recámara: mantener el scrip otro año más. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com