• El caso Rato desata el enfrentamiento entre policías, guardias civiles y CNI por el control de la información.
  • Un enfrentamiento larvado desde hace tiempo que ha estallado… desde que España se ha convertido en el paraíso de las filtraciones.
  • Y cuando el futuro depende de la información sobre corrupción, real o inventada, entonces la batalla adquiere connotaciones épicas.
Ya lo decía el poeta: "con la libertad baila la muerte". Que, traducido al momento actual de la política española quiere decir, que en un PP cada día más parecido a la UCD, se ha desatado la pugna por el control de la información, porque controlar la información, en principio basamento de la libertad, supone también poder utilizarla como arma frente al adversario, con el higiénico propósito de destruir su honor y su imagen pública. Y el caso Rato, donde la utilización espuria -vulgo filtraciones- no ha procedido del PSOE sino del propio PP, ha elevado la batalla interna entre sorayos y antisorayos. En concreto, el titular de Interior, Jorge Fernández, y el titular de Defensa, Pedro Morenés, están hasta el gorro de que el CNI, controlado por Soraya, no sólo deroga los procesos informativos sino que haya trufado a la Guardia Civil y al Cuerpo Superior de Policía con sus chicos del CNI. Si a eso añaden que verdes y azules, Guardia Civil y Policía Nacional, también están enfrentados y que no colaboran sino que compiten en la búsqueda de información, el espectáculo no es el mejor de los posibles. Verbigracia: el caso Rato se ha convertido en un enfrentamiento entre las dos policías estatales, el CNI y otros miembros inspectores y regulatorios. El PP se parece cada vez más a la UCD en un todos contra todos lo que ha provocado que Madrid se haya convertido en un paraíso de filtraciones interesadas. Ojo, no de otros partidos, sino de miembros del PP contra otros miembros del PP. Y cuando el futuro depende de la información sobre corrupción, real o inventada, entonces la batalla adquiere connotaciones épicas. Eulogio López eulogio@hispanidad.com