Investigadores chinos implantaron genes humanos en cerebros de monos, recoge Diario de Cuba.

La investigación, emprendida por múltiples universidades y liderada por el Instituto de Zoología de Kunming en el suroeste de China, tenía la intención de arrojar más luz sobre el proceso evolutivo que condujo a la inteligencia humana.

Es la segunda controversia relacionada con los genes que afecta a los investigadores en China en menos de seis meses. En noviembre, un científico chino afirmó que había creado los primeros bebés modificados genéticamente del mundo, lo que provocó una protesta internacional. Afirmó haber utilizado una herramienta conocida como CRISPR-cas9 para eliminar los genes que hacían a los niños susceptibles al VIH. Las autoridades chinas calificaron el experimento de "ilegal" y ordenaron una investigación.

El genetista de la Universidad de Colorado James Sikela argumentó en un artículo publicado en 2010 que los experimentos transgénicos en primates no humanos planteaban cuestiones éticas complicadas y que los primates mejorados corrían un mayor riesgo de explotación y daño.

"Estos daños hacen que la conducta de esta investigación sea éticamente inaceptable en los simios", dijo Sikela

"Estos daños hacen que la conducta de esta investigación sea éticamente inaceptable en los simios, justificando las barreras reglamentarias entre estas especies y todos los demás primates no humanos para la investigación transgénica", dijo el documento de 2010. Sin embargo, el documento admite que la investigación podría ser válida en algunas situaciones.

En la revista MIT Technology Review, la experta en bioética de la Universidad de Colorado Jacqueline Glover comparó el experimento con la película de ciencia ficción Planet of the Apes, en la que primates superinteligentes derrocan a los humanos. "Humanizarlos es hacerles daño. ¿Dónde vivirían y qué harían? No creen un ser que no pueda tener una vida significativa en ningún contexto", dijo Glover.

En definitiva: a estos científicos chinos cabe reprocharles querer seguir aquello del Génesis:  ‘Seréis como dioses’…