Lunes 28 de octubre y Bankia hace su presentación de resultados cerrados al tercer trimestre del ejercicio. Si no fuese porque en esta entidad nos la estamos jugando todos en la parte alícuota que nos corresponde como accionistas obligatorios, estaría escribiendo de los resultados de una más de las entidades financieras españolas que se encuentran en una encrucijada económica parecida que les está obligando a contener la respiración. Los bancos esperan que el BCE tome una decisión de subir los tipos de interés para ver si pueden tomar un mínimo resuello que alivie sus más que tocadas cuentas de resultados. Y más aun viendo cómo se abren cada vez más claro un horizonte próximo a lo que parece una nueva crisis económica más o menos global.

Pero vamos a ver los números que nos presenta la entidad dirigida por José Ignacio Goirigolzarri. De momento, 575 millones de euros (M€) de resultado neto, que son 168M€ menos que el tercer trimestre de 2018 (-22,6%). Aquí podemos hacer discusiones filosóficas con la aplicación en 2018 de la NIIF16, pero es lo que hay y las reglas son para todos. Si vamos a lo que la entidad denomina ‘core’ del negocio, el margen de intereses de 1.520M€ también es inferior en un 1,4% al del 2018, con un importante descenso de 144M€ (-37,9%) en los resultados financieros como consecuencia de las ventas de carteras de inversión. Vamos, lo que en castizo es pan para hoy y hambre para mañana. El margen bruto (2.546M€) es un 5,9% inferior al del pasado ejercicio y enciende otra alarma: ya no crece en comisiones, en un momento en el que algunos se están replanteando la política de ‘barra libre’. Para la entidad las comisiones suponen el 31% del margen bruto.

Los bancos esperan que el BCE tome una decisión de subir los tipos de interés para ver si pueden tomar un mínimo resuello que alivie sus más que tocadas cuentas de resultados

Donde Bankia se ha apretado el cinturón ha sido en los gastos de administración, que se han visto reducidos en un 3,9%. Destacan un ahorro de 50M€ gracias a la tijera en sueldos y salarios, y 43M€ en inmuebles e instalaciones. Éstos han propiciado un resultado antes de provisiones de 1.176M€, inferior al de 2018 en un 9,8%.

También las ventas de carteras, tanto de créditos como de otros activos, han tenido su repercusión en las dotaciones a provisiones, con un incremento de 61M€ (+24,8% interanual). Destacan 36M€ en deterioro de créditos y 66M€ en activos inmobiliarios. Esto hace que el resultado de actividades de explotación sea un 17,8% inferior al de 2018 (-188M€).

La cuenta de resultados no da para más y, o mejora en los tres meses que nos quedan de ejercicio, o el cumplimiento del Plan Estratégico en este punto peligra de forma alarmante.

En lo que se refiere al balance, el crédito a la clientela bruto ha descendido en 258M€ y presenta una tasa de morosidad del 5,5% (era del 7,8% en septiembre de 2018) y una tasa de cobertura del 53,7%, un poco alta (la morosidad) en comparación con la media, pero alejadísima de la barbaridad del 7% del Santander en España. Los recursos de clientes crecen un 1,9% en depósitos y un 9,4% en recursos gestionados fuera de balance.

El margen bruto de Bankia (2.546M€) es un 5,9% inferior al del pasado ejercicio y enciende otra alarma: ya no crece en comisiones, en un momento en el que algunos se están replanteando la política de ‘barra libre’

No es muy alentador lo que hemos visto, pero siempre nos quedará el CET1 Fully Loaded. Aquí sí que Bankia da la campanada entre los ‘grandes’: 13%, cuando en diciembre estaba en el 12,39%. También en cuanto a eficiencia (53,8%) no está nada mal. Pero no todo es alegría en los ratios, ya que el ROE baja del 7,9% en el pasado ejercicio al 6% en este. Y qué decir de la capitalización de 5.318M€, cuando en diciembre pasado la entidad valía 7.898M€ en bolsa.

Difícil no, muy difícil está el cumplimiento del plan estratégico para devolver a la entidad a la normalidad y, sobre todo, con el objetivo de llegar a un exceso de capital de 2.500M€ con el que se ha comprometido el banco hasta el 2020 y repartir entre sus accionistas. De momento, durante la mañana de este lunes, el mercado no se lo ha creído y la cotización de Bankia continúa por debajo de la cotización de cierre del viernes. De todas formas, cuidado, que el Popular también tenía un buen ratio de solvencia y se lo comieron.