La ministra de Exteriores española, Arancha González Laya, se ha convertido de un tiempo a esta parte en la ministra de las pifias diplomáticas. Y esto hasta cuando actúa adecuadamente, que se debe cuidar el fondo y la forma.

Como informó Hispanidad, la ministra se reunió recientemente con el 'alcalde' de Gibraltar, Fabián Picardo, lo que provocó una crisis en este Gobierno frente populista. Y es que Picardo salió de la entrevista hablando de soberanía británica sobre Gibraltar. Y apenas 24 horas después Londres decretaba la cuarentena británica contra España y el titular de Exteriores y hombre de confianza de Boris Johnson, el ilustre Dominic Raab, aseguraba que “no pediremos perdón” a España.

Por no hablar de que ha sido la primera vez que un Gobierno español se ha reunido de manera bilateral con un alcalde británico de Gibraltar, lo que equiale casi a su reconocimiento como Estado, porque hasta ahora se habían restringido las reuniones para tratar asuntos relacionado con la Rica con el Gobierno del Reino Unido.

Y la última pifia de la ministra González Laya fue proponer, durante su visita oficial a Turquía,  que la basílica-museo de Santa Sofía -recién convertida por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan en mezquita-   "mantenga su espíritu de casa común para cristianos, católicos y musulmanes".  

Sin embargo, su comentario despertó cierto resquemor en su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, que aclaró seguidamente: «Si no le he entendido mal, ella dijo que prefiere mantenerla como una casa común. Por supuesto, si ella se refiere a una casa común para preservar Santa Sofía como un lugar que es patrimonio cultural de la humanidad con todas sus características y que está abierto a todos. Esto está bien», y continuó «pero si ella se refiere a que Santa Sofía, que fue convertida en una gran mezquita, permanecerá como un lugar donde otras creencias también puedan rezar, no estamos de acuerdo con eso», tal y como recoge ABC.

Lo dicho: la fábrica de pifias González Laya se encuentra en pleno rendimiento...