OHL continúa entrampada en la dichosa deuda que al cierre de septiembre ascendía, en términos netos, hasta los 206 millones de euros después de aumentar un 35% durante el tercer trimestre. La compañía, ahora en manos de los hermanos Amodio (25% del capital), perdió 114,2 millones durante los nueve primeros meses del año, tras unas ventas de 1.070,4 millones, un 2,3% inferiores a las de 2019. La buenta noticia fue el Ebitda, que se disparó un 33,4%, hasta los 53,5 millones, gracias, principalmente, al aumento de los márgenes.

La situación recuerda un poco al chiste de aquél que acude al dentista: Doctor, ¿verdad que nos vamos a hace daño? El resto ya lo concocen. Y es que tanto Amodio como Villar Mir se necesitan. Los mexicanos, para cobrar toda la deuda que tiene OHL con Villar Mir, y los Villar Mir necesitan el dividendo de OHL.

Sea como fuere, la deuda continúa siendo el mayor problema de OHL, concretamente, los 134 millones que le debe Grupo Villar Mir y que pretende saldar antes de fin de año con la entrega de Pacadar -filial de prefabricados de hormigón- y con un crédito ICO de 140 millones de euros.

Por cierto, al frente del Grupo Villar Mir continúa Javier López Madrid, yerno de Juan Miguel Villar Mir.

Ni los resultados ni las explicaciones de los responsables ante los analistas, han logrado calmar al mercado que, a una hora y media del cierre, castigaba a la compañía con una caída en bolsa superior al 7%.