• La población mexicana tiene 1,3 millones de habitantes y era una de las urbes más violentas del planeta.
  • Pero desde la apertura de capillas de adoración perpetua, los homicidios han bajado de 3.766 (2010) a 256 (2015).
  • "Cuando una parroquia adora a Dios día y noche, la ciudad es transformada", afirma el padre Hileman.
Ciudad Juárez, población mexicana de 1,3 millones de habitantes, era una de las urbes más violentas del planeta. Pero algo extraordinario está ocurriendo, que puede ser la causa de que bajen los índices de homicidios de 3.766 en el 2010 a 256 en el 2015. Se trata de la apertura de capillas de adoración perpetua, informa Religión en Libertad. Ciertamente la acción de las diversas autoridades y un despertar de la sociedad, han hecho su efecto. Pero si se quiere encontrar una explicación más profunda, esta se halla en la propagación de capillas de adoración perpetua en la ciudad. Es lo que afirma el P. Patricio Hileman, que tiene como misión crear capillas de adoración por toda Hispanoamérica. «Cuando una parroquia adora a Dios día y noche, la ciudad es transformada», afirma el padre Hileman. En relato hecho a Radio María Argentina, el sacerdote cuenta que en 2013 los misioneros abrieron la primera capilla de Adoración Perpetua en Ciudad Juárez. En ese tiempo «morían 40 personas por día porque se estaban disputando la ciudad dos grupos de narcos para pasar la droga a Estados Unidos». El P. Hileman narra que «los párrocos contaban que no se acababa la guerra porque un grupo de militares estaban con (un grupo de) narcos y los policías estaban con el otro grupo. Mataban a la gente, quemaban las casas para que se fueran, para disputarse la ciudad». Uno de los párrocos «desesperado» pidió a los misioneros abrir una capilla de Adoración Perpetua, porque aseguraba que «solamente Jesús nos va a salvar de esto, solamente Jesús nos puede dar seguridad». Los misioneros tardaron solo tres días para constituir la primera capilla de Adoración Perpetua en Ciudad Juárez. Dos meses después de que se abriera la capilla, el párroco "nos llama y nos dice: Padre, desde que se inauguró la capilla no hay un solo muerto en Ciudad Juárez, hace dos meses que no muere nadie". "Hicimos diez capillitas en un año", señaló el padre Hileman Y añadió que "eso es lo que hace Jesús en una parroquia" cuando las personas entienden "que la seguridad la encontramos en Cristo". Asimismo, destacó que "los milagros más grandes ocurren en la madrugada". En la madrugada "es cuando estás más tranquilo, cuando escuchas mejor a Dios, tu mente está más calmada, tu corazón, estás solo para Dios. Si tú eres generoso con Jesús él es mil veces más generoso contigo", dijo el sacerdote. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com