La política monetaria de la Reserva Federal de EEUU y la guerra comercial entre China y EEUU flotan en Jackson Hole, la selecta reunión veraniega de banqueros centrales, analistas y empresarios influyentes de Wyoming (EEUU). Pero las miradas estaban puestas en el el debut del nuevo presidente de la Fed, Jerome Powell (en la imagen), nombrado directamente por Trump.

Pues bien, frente a los augurios en sentido contrario, Powell ha defendido la subida gradual de los tipos de interés,en la línea ya indiciada por Estados Unidos, y la normalización monetaria. El efecto se trasladará así al resto de bancos centrales, como ocurre desde que se coordinan entre ellos, al margen de las realidades de cada región.

El presidente del Bundesbank ha sido claro con Draghi, al pedirle que finiquite una etapa excepcionalmente expansiva

En Europa, con Draghi al frente del BCE, continúa el océano de liquidez, con los tipos de interés en mínimos, algo con lo ha discrepado abiertamente el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann. Esta semana ha vuelto a pedir al Banco Central que acabe de una vez con su política monetaria “excepcionalmente expansiva” por los efectos secundarios en la economía.

La Reserva Federal, salvo contratiempo, seguirá subiendo los tipos (en octubre y diciembre), como las dos veces de este año (la última, en junio). El propio Powell ya lo ha sugerido, para evitar así el sobrecalentamiento de la economía. No obstante, los mercados habían especulado con la influencia del presidente Trump, que no es nada “entusiasta” con esa política, como ha dicho esta misma semana, por el efecto que puede tener en el crecimiento. Pero Powell ha defendido lo mismo en Jackson Hole porque no ve "un riesgo elevado de sobrecalentamiento" de la economía americana.

En Europa, el presidente del Bundesbank ha dado un toque a Draghi para acabar con la política monetaria expansiva 

Las actas de la última reunión de Reserva Federal apuntan en el mismo sentido (más subidas) de lo confirmado por Powell y también a la retirada progresiva de los estímulos económicos. La presidenta de la Fed de Kansas, Esther George, por ejemplo, insistió en esa línea, al incidir en la fortaleza de la economía americana, con una tasa de paro en mínimos y la inflación próxima al objetivo, el 2%. Y no augura cambios en esa tendencia en los próximos dos años.

Como siempre, habrá que esperar para medir las reacciones, a pesar del hermetismo que rodea siempre Jackson Hole, que cita a las personas más poderosas del mundo pero con un obligado secreto de silencio.