• Y así, subían las bolsas antes de que Tsipras presentara su plan.
  • El BCE no puede ampliar la línea de liquidez, pero si no lo hace, Grecia estalla.
  • Conclusión: lo lógico es que mientras se negocia el tercer rescate, se permita al BCE apretarle más dinero.
  • Once días de corralito y los griegos aguantan... como pueden.
  • Julio Rodríguez plantea como positiva la posibilidad de que Grecia vuelva al dracma.
El paripé de Alexis Tsipras continúa mientras los griegos, que ciertamente le apoyaron el domingo, sufren el undécimo día de corralito y lo que te rondaré, morena. Precisamente, ese corralito, no da para poder acceder a tu dinero sino con cuentagotas, lo más importante del pulso que mantiene con Atenas. Porque no habrá acuerdo sobre un tercer rescate en semanas, sino en meses, pero los griegos no pueden aguantar sin dinero ni semanas. Según sus propios estatutos el BCE no puede, no ya aumentar la línea de la liquidez sino tan siquiera mantenerla, que es lo que está haciendo. Pero es que, además, si no la amplía, la banca griega va directamente a la quiebra. Y el problema es no lo sufrirán los banqueros sino el conjunto de los griegos. Este jueves, Julio Rodríguez (en la imagen), una de los mejores economistas con los que contó el PSOE de Felipe González, declaraba en la mañana  a RTVE que si se le sigue forzando a Grecia a aumentar susuperávit primario (sin contar intereses) para poder pagar su deuda... a lo mejor le convendría más volver al dracma. Pero eso no es lo que quiere Tsipras. El premier griego prefiere pedir más, no pagar y encima remitir al prestamista. Pero no lo duden. En el entretanto, los especuladores consideran que Europa se rinde a Tsipras. Por eso suben las bolsas. Vamos, que los griegos le van a tomar. Una vez más, el pelo a Europa. Eulogio López eulogio@hispanidad.com