• Draghi quiere cargarse todo tipo de entidades mutuales, cooperativas de crédito y cajas de ahorro.
  • El problema es que algunas de ellas han adquirido un gran desarrollo en todo el continente.
  • Piensen en las grandes cooperativas, en el Crédit Mutuel francés o en los landesbank alemanes.
  • Por no hablar de las casi desaparecidas cajas de ahorro españolas e italianas.
  • Y en todas ellas, la táctica del BCE es la misma: si no quiere ser S.A. al menos tiene que tener un banco.
Al presidente del Banco Central Europeo, el italiano Mario Draghi (en la imagen), sólo le gusta un tipo de banco: grande (ande o no ande) y que sea S.A. (sin alma). Así las cosas, el que fuera director ejecutivo del Banco Mundial (1985-1990), director general del Tesoro italiano (1991-2001) y vicepresidente de Goldman Sachs para Europa (2002-2006), quiere acabar con las entidades mutuales, con las cooperativas de crédito y con las cajas de ahorro. Y lo está consiguiendo a pesar de que algunas de ellas han adquirido un gran desarrollo en el continente. Hay que tener en cuenta que la presencia de las grandes cooperativas en Europa -los dueños son los trabajadores- es mucho más amplia que la que tienen este tipo de entidades en España. Hablamos, por ejemplo, de Crédit Agricole, uno de los mayores grupos financieros franceses, o del Rabobank holandés, sin olvidar las entidades mutualistas -los propietarios son los mutualistas- como Crédit Mutuel, o los landesbank alemanes, esto es, los bancos regionales de los Estados federados, que juegan un papel fundamental en la industria del país. No en vano, el 75% del sector bancario alemán está controlado por bancos cooperativos, mutualidades, cajas de ahorro y por los mencionados landersbank. Distinta ha sido la evolución de las cajas de ahorro en España e Italia, donde prácticamente han desaparecido. En nuestro país, primero se les forzó a fusionarse -fueron las SIP o 'fusiones frías-, luego vinieron las exigencias continuas de aumento de capital para terminar, sí o sí, en bancos-sociedad anónima. Y no lo duden, el siguiente paso será acabar con las cooperativas de crédito, especialmente con las cajas rurales. La táctica será la misma que ha empleado el BCE en el resto del continente: si no quieres ser S.A. al menos tienes que tener un banco que yo pueda supervisar y mediante el que te pueda controlar. En definitiva, el BCE solo quiere bancos grandes y que sean sociedades anónimas, en las que los propietarios (al menos teóricamente) son los accionistas. Y si un banco quiebra, los responsables son ellos, los accionistas. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com