El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ganó un tercer mandato consecutivo en las elecciones del domingo. Las elecciones tuvieron una participación de alrededor del 70 por ciento, excediendo las últimas tres votaciones, recoge Reuters.

Según los resultados preliminares, con el 85 por ciento de los votos contados, la Oficina Electoral Nacional proyectó que partido gobernante Fidesz obtendría 133 escaños, una mayoría de dos tercios en el Parlamento, de 199 asientos.

El partido nacionalista Jobbik obtendría 26 escaños, mientras que los socialistas se ubicarían en tercer lugar con 20 legisladores. Dos partidos izquierdistas más pequeños, DK y LMP, ganaron nueve y ocho escaños, respectivamente. En plata: un desastre los resultados de la oposición.

[Robert] Schuman dijo: ‘Europa será cristiana o no será’. Puede no gustar, pero es legítimo”.

Orbán se proyecta a sí mismo como un defensor de la cultura cristiana en Hungría y en Europa. Cree que “una Europa cristiana no habría permitido que países enteros se hundieran en la esclavitud al crédito”, informó El País.

El primer ministro húngaro está convencido que esa filiación cristiana le ha costado cara, a él y a Hungría. En un breve encuentro posterior con periodistas, mientras tomaba un café y se quitaba la corbata, dijo que hay dos motivos por los que se le rechaza en Bruselas: “Primero, por nuestra naturaleza ideológica. Representamos la posición fundamental de los padres fundadores de Europa, de la que creemos que Europa se ha alejado. [Robert] Schuman dijo: ‘Europa será cristiana o no será’. Puede no gustar, pero es legítimo”.

Al húngaro Orban no le perdonan que defienda la vida y la familia natural. Por eso, la Unión Europea le persigue.

De hecho, la nueva Constitución húngara fue reformada en 2011. Es el fruto de la revolución conservadora liderada por el primer ministro Viktor Orbán, y su partido, el Fidesz, según el blog de Josué Ferrer.

El nuevo texto reconoce la importancia histórica y cultural del cristianismo en Hungría, dice que el matrimonio es “la unión de un hombre con una mujer” y protege al ser humano desde el momento de la fecundación, lo que impide la eutanasia y el aborto.

También ha aprobado medidas de apoyo a la natalidad, de tal forma que en Hungría se ha pasado de 1,23 hijos por mujer en 2011 a 1,53 en 2016. Que más quisiera España que alcanzar esas cifras.

Además, Polonia y Hungría son los dos países que se desmarcan del apoyo de la UE al aborto y la ideología de género en la ONU, según Actuall.