Al secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, le cuelga su pasado en Abengoa y sigue enamorado de las energías verdes. No tendría mayor importancia –efectivamente conoce bien las renovables-, si a ese sanbenito no le colgara otro: las subvenciones. Por esa razón, la ingeniería andaluza dio el salto a la estratosfera, del mismo modo que cayó al pozo después -con Abascal en primera línea- cuando se acabó el chollo de las primas que puso en marcha Zapatero.

Lo más curioso es que con ese historial esté al frente de una secretaría de Estado clave en el diseño de la política energética. Pues bien, ahora asegura, dentro de lo poco concreto que anuncia habitualmente el Ministerio de Transición Ecológica, que en 2050 el 100% del mix energético español será renovable. O sea 20 años después de representar el 32%, una meta de compromiso con la UE.

Es un modo de augurar más subvenciones -efectivamente conoce tan bien las renovables como las subvenciones-, sobre todo si tenemos en cuenta lo que deja en la cuneta: el resto de fuentes de energía, que tanto pueden ayudar a la descarbonización para limpiar de emisiones la atmósfera (la nuclear, por ejemplo) o el ciclo combinado (gas), que limita el CO2. Eso es justo lo que tienen en cuenta poara sus cálculos las eléctricas, in albis en el proceso.

La socialista Carmen Becerril se hace con la presidencia de Omel, el operador que gestiona el mercado mayorista de electricidad

Ojo, en cualquier caso, porque las primas a las renovables fueron una de las causas que provocaron un déficit de tarifa insoportable para los consumidores. Llegó a alcanzar los 30.000 millones de euros. El problema no ha acabado, sino que se ha rebajado (de un coste anual de 9.000 a 7.000 millones de euros).

Las declaraciones de Abascal sacando pecho coinciden en el tiempo con la escalada del precio de la luz, que seguirá al alza, un problema para el que toda la respuesta del secretario de Estado ha sido es que “no hay una solución milagrosa a corto plazo”.

La polémica del precio ha coincidido también con el relevo en Omel, el operador que gestiona el mercado eléctrico mayorista, donde se fijan los precios, y en el que participan las grandes eléctricas, Endesa, Iberdrola y Naturgy. Cae Ignacio Grangel, nombrado a instancia del ministro Álvaro Nadal (PP) y sube a la presidencia, a partir del día 17, la socialista Carmen Becerril.

Becerril coincide con Abascal en el conocimiento de las renovables por su impulso a la división verde de Acciona entre 2005 y 2017. Y también por el conocimiento de las subvenciones, que han aprovechado los Entrecanales para rentabilizar sus inversiones, como lo hizo también Florentino en ACS. La diferencia, sin embargo, está en el desenlace de Acciona, con Becerril, muy positivo, y de Abengoa, con Abascal, protagonista de la mayor crisis empresarial en 2016 por la asfixia de la deuda y el mal cálculo del equipo de los Benjumea.

Becerril preside ahora la comercializadora eléctrica Fortia, pero conoce bien el sector público (ha sido directora general de Política Energética y Minas) y el privado, no solo por Acciona, también por PwC.