Crédit Agricole no ha escapado al efecto del coronavirus y ganó 2.391 millones de euros durante el primer semestre del año, un 24,4% menos que en 2019. Según las cuentas publicadas este jueves por la entidad, los ingresos cayeron un 1,3% y no superaron los 16.462 millones. Todos los negocios disminuyeron su facturación, salvo el de grandes clientes, que la aumentó un 17,5%, hasta los 3.295 millones de euros.

No fue suficiente, sin embargo, para compensar el descenso del 5,2% de los ingresos de banca minorista (6.323 millones,), el del área de gestión de activos (-8,4%, hasta 2.694 millones) ni la caída de la división de servicios financieros (-8,3%, hasta 1.254 millones).

La clave del semestre, además de la caída del negocio, fueron las provisiones de 2.137 millones de euros -más del doble que en junio de 2019-, realizadas para hacer frente a la morosidad.

En este contexto incierto, la entidad francesa formalizará en septiembre la venta a Abanca de su filial Bankoa que, si todo avanza según lo previsto, se culminará durante el primer semestre de 2021.