C. S. Lewis: Dios contesta, a veces, por nuestro propio corazón
Clive Staples Lewis (en la imagen), el autor del popular Cartas del Diablo a su Sobrino y Los cuatro amores, también fue poeta. En una de sus obras se refirió a la eterna tentación que mortifica a esa parte de la humanidad -distinta del resto- de hacer oración mental. Es decir, a aquella que se ha tomado en serio aquello de que “rezar es hablar con Dios”. Y, si es diálogo, es porque Dios contesta.
Porque pones en mi boca pensamiento que nunca conocí
La tentación estriba precisamente en eso; en pensar como la amargada de Virginia Woolf, para quien la oración era esquizofrenia, porque en ella uno se contesta a sí mismo. No es así: Dios contesta, a veces, por nuestro propio corazón, como explica don Clive mucho mejor que yo. La prueba de la respuesta de Dios, aportada por Lewis, es que “pones en mi boca pensamientos que nunca conocí”.
No soy un soñador, sino tu sueño
Pero Dios también responde directamente. Al menos, esa es mi experiencia y les aseguro que no soy el más santo de los hombres (el más guapo sí, pero el más santo no).