Mucho se especula sobre a qué partido, a qué bloque político, beneficia más una repetición de elecciones…aunque hablar de ‘bloque’ en estos momentos es hacer política ficción. Lo cierto es que estamos a dos días de saber si habrá que volver a votar el 10N o si finalmente el PSOE logrará gobernar, una posibilidad que roza también, a estas alturas, la política ficción.

La cascada de encuestas que se están publicando no deberían servir de argumento para dibujar el tablero político que nos dejará la vuelta a las urnas, ya sabemos que a las encuestas las carga el diablo sobre todo las que llevan la rúbrica de Tezanos, pero nos sirven para detectar el cansancio, la desgana, la desmovilización o no que a los votantes de uno u otro bando que les provoca el bloqueo institucional.

La motivación de sacar a Sánchez del Gobierno es fuerte y es lo que justifica que los votantes del centro derecha consideren una oportunidad  las nuevas elecciones para darle un giro a la situación.

Por un lado, la aparente desmovilización de la izquierda, que no quiere elecciones, no dejaría en buen lugar ni a PSOE, ni a Unidas Podemos, a pesar de que el último sondeo del CIS muestra que el PSOE e Unidas Podemos con sus confluencias alcanzarían el 42% de los votos lo que, sin duda, les proporcionaría una clara mayoría absoluta en el Congreso, y por otro, la predisposición de los votantes del bando de la derecha que parece ser muy distinta, también aparentemente. La motivación de sacar a Sánchez del Gobierno es fuerte y es lo que justifica que consideren una oportunidad unas nuevas elecciones para darle un giro a la situación. Eso sí, siempre que sus líderes sepan gestionar bien la situación y consigan superar la división entre PP, Ciudadanos y Vox. “O nos unimos o no gobernaremos” decía este fin de semana durante la convención organizada por el PP vasco, Pablo Casado…”hay que unir para ganar, ganar para gobernar y gobernar para unir. Es un círculo virtuoso que se cierra en sí mismo. O unimos los que tenemos las mismas ideas para ganar las elecciones, o no gobernaremos”.

Pero a Pablo Casado se le abren grietas. En el PP vasco, y no solo por las declaraciones de Cayetana Álvarez de Toledo, sino porque existe la sensación de que el aparato de Génova le están buscando sustituto a Alfonso Alonso a pesar de que ayer Casado ha limado asperezas al defender la foralidad y el concierto económico. Alonso tiene un enorme interés por marcar perfil propio en Euskadi. Piensa que sólo así, remarcando su compromiso con la ‘foralidad y el concierto económico vasco’, conseguirá recuperar a los votantes que se marcharon del PP y que ahora están en manos del PNV.

Tampco hay que perder de vista a Nuñez Feijóo que en una entrevista publicada este domingo por el ABC vuelve a desmarcarse de la postura oficial del PP y vuelve sobre la idea de “ser útiles” y permitir la investidura de Sánchez con condiciones…”Si tuviéramos hombres de Estado, en vez de políticos adolescentes, podría haber Gobierno de coalición”, dice y sus palabras dan pie a muchas interpretaciones.

No hay que perder de vista a Nuñez Feijóo que en una entrevista publicada este domingo por ABC vuelve a desmarcarse de la postura oficial del PP y vuelve sobre la idea de “ser útiles” y permitir la investidura de Sánchez con condiciones…

Así que, y si tenemos en cuenta las palabras de Feijóo, una de las cuestiones a dilucidar, en caso de repetición electoral, es si el bloque de centro-derecha será capaz de articular fórmulas de colaboración preelectoral y post electoral que permitan rentabilizar todos y cada uno de los votos ante la actual fragmentación de este espacio político en tres partidos. Encima de la mesa está el proyecto de Casado, España Suma sobre el que algunas encuestas realizadas señalan que son los votantes de Vox los más favorables a suscribir este tipo de fórmulas a pesar de que Santiago Abascal diga que lo único que se busca con ello sea sacarles del mapa político. Puede ser. Lo cierto es que Vox es el único partido del arco parlamentario que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural y el único que ha puesto en entredicho la ideología de género y el adoctrinamiento en las aulas.

El líder de la formación naranja, por su parte, se resiste a perder lo que él llama su principal seña de identidad, sus siglas. Una identidad que cuestionan los que han abandonado el partido y que acusan a Albert Rivera de…”no ser fiable” y de “cambiar de criterio de un día para otro”. Los nuevos sondeos no son favorables para Rivera y podrían hacerle cambiar de opinión. Según estos sondeos, Ciudadanos sería el gran perjudicado en unos nuevos comicios y perdería 19 escaños, pasando de 57 (15,84% de voto) a los 38 (12,2%). Datos que empeoran otras encuestas que hablan de un partido naranja con tan solo 34 diputados. Ante estos posibles malos resultados, Albert Rivera podría replantearse la unión con sus socios preferentes de forma oficial, y apuntarse a España Suma, el proyecto que Pablo Casado ha defendido en varias ocasiones desde la debacle electoral de los populares el pasado 28-A.

Ante los posibles malos resultados que dan las encuestas para Ciudadanos, Albert Rivera podría replantearse la unión con sus socios preferentes de forma oficial, y apuntarse a España Suma

Pero lo que dejan meridianamente claro las encuestas, y lo saben en los cuarteles de todos los partidos, es que a Pedro Sánchez le será prácticamente imposible deshacer esa dependencia de Unidas Podemos. Incluso, ante el mejor de los escenarios que han dibujado los sondeos, los de Sánchez necesitarán a los de Iglesias... o a Ciudadanos. Esa es la aspiración de Sánchez: aumentar el número de escaños y 'forzar' la abstención de Ciudadanos para su investidura. Lo mismo que hizo Rajoy con el PSOE.