• La compañía ingresó 3.165 millones en 2014, el 8% más, pero redujo su beneficio neto un 19,8%, hasta 478,6 millones.
  • Las tasas que cobra a las aerolíneas siguen nutriendo al gestor: subieron a lo bestia en 2012, aunque ahora están congeladas.
  • El Ebitda mejora un 16,5%, hasta los 1.875,3 millones, por los ajustes de hace tres años.
  • También 'recoge' los frutos del mayor flujo de pasajeros (un 4,5%) y del aumento de ingresos comerciales, un 25% de los totales.
  • La compañía acumula una deuda de 10.382 millones (5,6 veces el Ebitda), aunque la redujo un 8,3%.

AENA está en racha tras su agitada salida a bolsa febrero pasado -por retraso de cuatro meses-, aunque también flamante -por la revalorización de sus acciones-. Este viernes ha comunicado a la CNMV sus resultados del año pasado, salvados fundamentalmente por el aumento de los ingresos, si bien el beneficio neto cae un 19,8%, hasta 478,6 millones de euros. El último dato, el que importa, tiene una explicación: en 2014 no se aplicaron las deducciones fiscales de 2013 (247 millones de euros) tras entrar en rentabilidad y, además, tuvo que hacer frente a los intereses de las expropiaciones por la ampliación de aeropuerto madrileño de Barajas (117 millones). Son los impactos extraordinarios, sin los cuales, la compañía que preside José Manuel Vargas (en la imagen) hubiera disparado su beneficio neto un 70% respecto a 2013. Fueron precisamente esos resultados los que alentaron su posterior privatización.

El gestor aeroportuario ingresó 3.165 millones de euros, el 8% más. Sigue, por tanto, recogiendo los 'frutos' del subidón de las tarifas que aplica a las compañías aéreas. Fue decidida en 2012, lo que provocó lo suyo en su momento, como la rebelión de Ryanair, aunque finalmente se plegó, pero que le ha permitido a la postre inflar su ingresos, como en 2014. Un año antes, 2013, logró reducir por esa vía el déficit tarifario de 850 a 250 millones. A mitad de 2014, la ministra de Fomento, Ana Pastor, decidió congelar esas tasas en vísperas de la privatización del 49%, lo que suscitó una de las muchas polémicas antes de salir a bolsa.

En los ingresos de AENA, lógicamente, también han influido, aunque en menor proporción, el aumento de pasajeros (un 4,5%, hasta casi 200 millones) y el incremento de los ingresos comerciales. Sólo una cuarta parte de los ingresos totales (el 25,7% en concreto) proceden de los ingresos comerciales (fuera de terminal), que son, por otra parte, lo que más crecen, un 15,2%, por los contratos nuevos y otras acciones de tipo comercial. Paralelamente, AENA redujo en 76,6 millones sus gastos, un 3,5%.

El Ebitda de la compañía aumentó un 16,5%, hasta los 1.875,3 millones de euros, que la empresa atribuye a "las medidas llevadas a cabo desde 2012, tanto por la vía de los gastos como de los ingresos". Ese ajuste le ha permitido situar el margen en el 59% del resultado bruto de explotación, uno "de los más altos del sector, con una mejora de 23 puntos porcentuales desde 2011".

La deuda, finalmente, sigue siendo un lastre para el gestor, aunque la redujo un 8,3% el año pasado. Hay que tener cuenta las fuertes inversiones en el pasado para mejorar la red de 46 aeropuertos que controla. De ellos, 24 tienen Ebitda negativo, aunque las pérdidas operativas suman 42 millones, y 25 son rentables (con un Ebitda de 1.914 millones). En 2014 invirtió en esos aeropuertos 316 millones. La deuda asciende a 10.382 millones de euros (5,6 veces el Ebitda), incluyendo la consolidación de los 344 millones por aeropuerto británico de Luton, en que AENA tiene el 51%.

Rafael Esparza

rafael@hispanidad.com