Último Consejo de Administración del BBVA del año 2018 y último con Francisco González como presidente. El foco de atención estaba, no en la salida de FG, anunciada meses atrás, sino en las nuevas competencias del presidente entrante, Carlos Torres. En juego, la implantación del modelo de gestión que persigue el BCE de Mario Draghi: un presidente chairman y un CEO con plenos poderes.

Al final, ‘ni pa ti, ni pa mí’. El comunicado remitido este jueves a la CNMV habla de “presidente ejecutivo” (Torres), que “será responsable de la dirección y adecuado funcionamiento del Consejo de Administración, las funciones de supervisión de la gestión, la representación institucional de la entidad y el liderazgo e impulso de la estrategia del Grupo y de su proceso de transformación”.

Acto seguido, el comunicado anuncia el punto clave: “Por su parte, el consejero delegado será el responsable de la gestión ordinariamente de los negocios del Grupo, reportando directamente de sus funciones al Consejo de Administración”.

Esto significa dos cosas: que Torres mandará menos que FG y que el modelo Draghi se implementará paulatinamente. ¿Por qué? Porque ellos querían mantener el modelo FG y, por supuesto, que el CEO reportara directamente al presidente.

A todo esto, el balance de FG al frente del BBVA no puede calificarse de bueno. Cuando se quedó solo como presidente, el BBVA valía unos 90.000 millones, mucho más que el Santander. Este jueves, el BBVA vale 31.032 millones de euros frente a los 64.590 del Santander. Sin comentarios.