Aramco ha tenido un beneficio neto de 15.660 millones de euros en el primer trimestre, lo que supone un 23,7% menos que hace un año y dos son los motivos: la crisis del coronavirus y el desplome de los precios del crudo, según ha explicado el presidente y CEO, Amin H. Nasser. Sin embargo, en Arabia Saudí pueden estar muy tranquilos porque no se ha cancelado el dividendo: se repartirán unos 17.240 millones correspondientes a este trimestre en el segundo (abril-junio). Y no hay que olvidar que entre enero y marzo, la petrolera saudí ha pagado 12.324 millones en dividendos del cuarto trimestre del año pasado. 

Los ingresos se han situado en 61.706 millones, anotándose un descenso del 15,9% frente a los del primer trimestre del año pasado. De estos, 47.524 millones procedieron del negocio de exploración y producción, que cayeron un 18,7%; y 17.686 millones (-8,6%) de refino y marketing.

Los ingresos se sitúan en 61.706 millones (-15,9%), debido a caída del 18,7% en exploración y producción, su principal negocio

La mayor petrolera del mundo y una de las compañías más capitalizadas del mundo no lo ha celebrado en bolsa -cotiza en la de Riad desde el pasado 11 de diciembre, una operación de dudoso éxito-. De hecho, en el parqué no recupera el terreno perdido: debutó a 35,2 riales (unos 8,63 euros al tipo de cambio actual, su cotización más alta fue el 16 de diciembre (38 riales, o sea, unos 9,32 euros) y ahora es un 17,5% inferior (31,35 riales, o lo que es lo mismo, unos 7,69 euros).

Aramco ha anunciado que reducirá los gastos e inversiones, y además, recortará la producción en un millón adicional de barriles al día desde junio. Un plan de austeridad que no se extenderá al dividendo… al fin y al cabo, hay que pagar al principal accionista sí o sí: el Estado saudí.