En Air France-KLM, al final, mandará el canadiense Benjamin Smith, que fue nombrado director ejecutivo en la reunión del consejo de administración del pasado jueves. Sin embargo, los empleados y sindicatos querían a un jefe francés.

Smith era hasta ahora el director de operaciones de Air Canada, la primera aerolínea del país norteamericano que emplea a unas 30.000 personas, donde llevaba trabajando 16 años. “Estoy más que entusiasmado con esta nueva misión. Air France y KLM son dos aerolíneas muy grandes, reconocidas por la profesionalidad y el compromiso de sus equipos”, ha señalado al conocer su nombramiento, añadiendo que es consciente de los desafíos de competitividad que enfrenta el grupo, aunque confía en la “capacidad para convertirse en uno de los principales jugadores del mundo en los próximos años”. 

Y para ello, muestra su “profundo deseo de escuchar a todos los equipos al servicio de la ambiciosa misión establecida por el Consejo de Administración”. Esto no es baladí, teniendo en cuenta el año difícil que vive el grupo aéreo. Y es que el primer reto de Smith es la amenaza de una nueva huelga por parte del principal sindicato de pilotos (SNPL) si no hay subidas de salarios. Recuerden que los paros le costaron el cargo a su predecesor, Jean-Marc Janaillac, en mayo.

Muestra su 'profundo deseo de escuchar a todos', algo que será clave dada la amenaza de una nueva huelga de pilotos si no hay subidas de salarios

Eso sí, Smith tiene el favor del Estado francés, propietario del 14,3% del grupo: el propio ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, afirmó que tenía un “perfil excelente” para dirigir Air France-KLM. Mientras, sindicatos y empleados no eran partidarios de tener un jefe extranjero: los primeros también critican que Smith fuera presentado por la aerolínea estadounidense Delta Airlines, que es dueña del 8,8% del grupo; además no les hace gracia que vaya a cobrar tres veces más que Janaillac (unos 3,3 millones de euros al año; por su parte, los pilotos accionistas veían su elección como colocar a Air France bajo influencia norteamericana y la renuncia de París a su soberanía aérea.